sábado, 21 de mayo de 2016

UN DEBATE PERFECTAMENTE INÚTIL ... POR SU PUNTO DE ARRANQUE (Página nº 3644)

A veces asisto a debates que surgen en este blog al margen de los temas tratados o, si acaso, transversales. Ahí quedan para que transcurran por donde los "contendientes" traten de llevarlos a través de su argumentario más o menos afinado y no suelo intervenir más allá de la obligada moderación sobre lo escrito. Pero en los dos últimos días ha surgido un debate que, en mi opinión, es tan estéril como tramposo en torno a las jornadas festivas del calendario laboral por más ruido que el de lanzarse eso de "rojazos" o "fascistoides" intente apagar la inutilidad argumentativa.
El inicio fue un comentario en el que alguien cuestionaba el porqué de que trabajadores del Ayuntamiento a los que denominaba ateos celebraban Santa Rita o los días de Semana Santa:

Y con el Ayuntamiento ¿Porque los ateos trabajadores del consistorio celebran Santa Rita? No son consecuentes ni con sus postulados y dogmas. ¿Porque los rojeras siguen disfrutando de los dias festivos de Semana Santa? esto es un sindios"

 La pregunta estaría bien si a los trabajadores les cupiera la opción de elegir a título individual sus propias fiestas pero siendo una obviedad que la configuración de las jornadas festivas surge a partir de la intervención de varios interlocutores, entre los que están el gobierno central, los autonómicos, los municipales y la Iglesia Católica, dichas preguntas resultan del todo absurdas y solo pueden dar lugar a un debate engañoso.
Pero además intentar pasar por alto que la influencia de la religión en nuestro país ha marcado decisivamente la cultura popular pero también dominado las decisiones administrativas es cometer un error importante. Aquí no hubo una "revolución francesa" que fuera imponiendo el laicismo en las decisiones administrativas  y fuera acotando el papel de la religión a su ámbito natural, y por eso aún vivimos con esa influencia de los patrones para cada gremio y de las fiestas en rojo claramente determinadas por las festividades religiosas, por lo cual todavía se imponen a otros criterios.
Al final todo se reduce a establecer un número de jornadas no laborales comunes( ya sea para todo el Estado, una comunidad autónoma, una localidad o un gremio público) y el motivo podría ser ese como cualquier otro porque, no nos engañemos, pertenece más al convenio que a las alturas, y resulta tan absurdo pensar que un trabajador no creyente tenga que renunciar a una fiesta con algún matiz muy de fondo religioso como que un trabajador de profundas convicciones religiosas tuviera que renunciar a ciertas fiestas de carácter laico como el Día del Trabajo o la celebración de la fecha elegida como fiesta de la región en cada comunidad autónoma. Tan absurdo como creer que toda fiesta religiosa es celebrada religiosamente por esos trabajadores de perfil religioso o que los no religiosos celebrarán esas fechas de motivación laica de una forma particular o militante.
Ya digo, el debate es estéril pero, antes que nada, tramposo, muy tramposo, porque parte de premisas que impiden tomar en serio las preguntas que lo originaron.


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LO PRESENCIÉ Y ME ALEGRÓ (Página nº 3643)

Policia Local
 
Casi me sonaba a leyenda urbana, incluso aunque hace unos días, acompañando a mis alumnos en la actividad "conoce tu policía" pude ver almacenadas un par de decenas de bicicletas, pero ayer pude presenciar cómo se requisaba una bicicleta a un chaval que circulaba a buena velocidad por un Parterre lleno de niños y como los dos miembros de la policía local inmovilizaban el "velocípedo" y se lo llevaban tras tomar los datos del muchacho.
 
Cómo sería la velocidad que fue el frenazo de la bici, tras toparse con los policías y quedarse a menos de un metro de chocar con ellos, lo que me hizo seguir la escena desde una de las terrazas. El frenazo y ver la rueda de atrás elevarse al clavarse la delantera.
 
Ya digo, casi me sonaba a leyenda urbana eso de retirar bicicletas, y por eso me alegró comprobar que de vez en cuando sucede y que allí había otros chavales para ver, también, que de verdad ocurre y que conviene pensárselo dos veces. Y que, además, debe prevalecer el respeto a las normas y a los demás en un espacio público peatonal en la que suele haber mucha chiquillería y la posibilidad de un accidente que sería lamentable.
 
Faltó el remate. En aquella misma actividad se advertía a mis alumnos que debían usar casco y que ya se estaban poniendo multas a los ciclistas que no los llevaban. Era el caso del chaval, claro, pero debieron pensar los policías que ya era bastante con requisarle la bici y advertirle.
 
Y así, mientras yo me tomaba un refresco y una ración, vi marchar a la pareja de policías llevándose la bicicleta hacia las dependencias policiales y no pude reprimir una sonrisa de satisfacción sabiendo que había visto lo que debía ver y que quizá, poco a poco, se pueda lograr que a los peatones se les respete un poco y las normas se cumplan mayoritariamente.
 
¡Ah, y mi felicitación a los dos policías locales por su buen hacer!
 
 
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viernes, 20 de mayo de 2016

DAIMIEL JUEGA LA ECOCOPA (Página nº 3642)

No somos favoritos. Provenimos de un puesto del montón en la liga previa y ni los Barça, Madrid o Atleti provinciales nos quedan al alcance como para soñar con esta "campions league" de 6000 euros que RSU y Ecoembes han puesto en marcha desde hoy y hasta octubre para incentivar los valores de sostenibilidad y la capacidad de reciclaje de 59 pueblos de la provincia para que aumente el porcentaje de kilos de envase ligero, con destino al envase amarillo, por cada uno de sus habitantes.
Ya el año pasado se fracasó en el aumento porcentual que hubiesen premiado con un equipamiento para un parque infantil porque, como localidad, no teniendo malas cifras, aún parte de la población funciona como rémora del resto porque, ni de coña, se les ocurre pensar que los iglús amarillos no forman parte de los elementos decorativos de Daimiel sino que están allí para que depositemos sistemáticamente cuanto envase adecuado para ser reciclado caiga en nuestras manos, y claro, este es un esfuerzo de todos, una oportunidad que nos damos a nosotros mismos por la sostenibilidad del planeta y por el propio respeto que, en teoría, nos debemos.
Es evidente que esta EcoCopa no la vamos a ganar salvo que nos convirtiéramos en el insospechado equipo sorpresa. Nos queda lejos. Pero al menos podíamos aspirar a ese otro triunfo moral con el que parten los equipos aspirantes que es mejorar los números propios, superar las cifras anteriores, sentir que vamos aprendiendo y mejorando prestaciones, que hemos fichado bien y el entrenador sabe mover las piezas para sacar parte del buen juego que potencialmente tenemos. Meter estrategia, hacer grupo, liderar el impulso común para sacar lo mejor de todos, es el trabajo de los buenos entrenadores y en Daimiel toca hacerlo al Equipo de Gobierno. Pero también se necesita disciplina, intensidad, compromiso, juego en equipo, y eso toca a la ciudadanía. Y nada de esto cae del cielo ni se puede dejar al albur de que a cada uno le surja. Ya que jugamos esa EcoCopa unos y otros han de ponerse las pilas y tratar de lograr el mínimo objetivo de mejorar.
El seguimiento de los kilos conseguidos en cada localidad se hará semanalmente en la página ecocoparsuciudadreal.es y hay que entrar en juego desde el primer segundo. ¡Venga, mister, que se note que te importa!, ¡vamos, equipo, que se note que nos implicamos!

Contenedor amarillo ¿que desechos debes depositar en él?

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jueves, 19 de mayo de 2016

FERVOR DE CONFIRMACIONES (Página nº 3641)

Me lo dijeron poco antes de producirse:
 
-¡Jesús, jesús, más de trescientas confirmaciones y que hay en Daimiel este año!
 
Pensé, en broma, "¡mejor para el comercio y la hostelería!", recordando lo que ha cambiado el cuento desde que yo me confirmé hace treinta y muchos años, sin ropas especiales y con un tentempié común en las Damas Apostólicas. Pero también, ya más en serio, en cómo movilizaba la Iglesia al imponer esa condición para poder ser padrinos de determinados sacramentos.
 
No es que me parezca mal. La Iglesia está en su derecho de poner unas condiciones a quienes requieren de sus servicios o asumen sus ritos, y es más, parece lógico que así sea, puesto que confiere a esa condición de ser padrinos de un bautizo, por ejemplo, tener una predisposición a ejercer correctamente las funciones que se les encomienda. Quizá el problema es que, al fin y al cabo, es una acreditación, y una vez conseguida poco importa lo demás y aún menos la efectividad del recién adquirido sacramento en el uso que se haga posteriormente de él. Por eso da la sensación de que este fervor por confirmarse aparenta ser una impostura, un requisito por el que hay que pasar y no tanto la asunción de uno de los sacramentos que imprimen carácter, como estudiaba yo en el catecismo cuando iba a la escuela, y que otorgaba a la confirmación un valor superior.
 
Yo mismo, hoy descreído pero confirmado, podría ser padrino en un bautizo simplemente por tener el requisito y solo mi conciencia me impediría hacer ese uso sin convicción, quedando por tanto en mi haber la garantía de no vulnerar el valor del apadrinamiento, y no en manos de la propia Iglesia que, parece claro, ya parece haber cumplido con la exigencia de adquirir el sacramento sin más.
 
Cuando me confirmé yo estaba convencido de ello, la verdad, pero el tiempo me dio a entender que a partir de confirmarme poco a poco fui tomando distancia, quizá porque no estaba dispuesto a asumir determinados conceptos de la Iglesia y tampoco entendía una religión a la carta donde tú coges lo que te conviene y pasas de lo demás, y que al cabo de los años fue marcando este excepticismo en el que me hallo.
 
No seré yo quien discuta las motivaciones de los demás si erré en las mías en este asunto pero escribo esto a partir de algunos comentarios surgidos por otra cuestión, el de la falta de asistencia en la romería local, y aunque entiendo, casi justifico, la posición de la Iglesia de exigir la confirmación como necesaria para ciertas cosas tampoco puedo desembarazarme de esa sensación de que este febril fervor no tiene traslado real después y parece chirriar. Eso sí, todos somos ya maduros para tomar nuestras decisiones y, ya tomadas, pues no cabe otra que desear que hayan acertado.




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Y AHORA, ¿QUIÉN SE ARROGARÁ EL MÉRITO? (Página nº 3640)

toro vega

El Toro de la Vega de Tordesillas es historia, al menos como ese espectáculo de animal lanceado hasta la muerte que, en los últimos años, ha creado tanta polémica a nivel nacional entre los animalistas y los vecinos defensores de una tradición de siglos. Y lo es desde el momento en que la Junta de Comunidades de Castilla-León ha dado el paso de modificar el Reglamento de Espectáculos Taurinos y acabar con la excepción que recogía en su contenido y que permitía matar allí, en Tordesillas, lo que prohibía con carácter general en la Comunidad, que era matar en público animales que participaran en festejos taurinos fuera de las propias corridas en los cosos. 

Y digo que es historia porque no poder matar alanceado al toro hiere de muerte a esa celebración al vaciarla de todo contenido.

Pero ahora, ¿quién se arrogará el mérito? Porque no duden que correrán a hacerlo. Desde la propia Junta de Castilla-León, de gobierno del PP, que ha tomado la decisión, a los grupos animalistas que año tras año acudían allí a intentar reventar el acto y dar resonancia a sus reivindicaciones ayudados por el interés de los medios en la noticia, tienen que ver, claro, con la decisión, pero no se olvide que Pedro Sánchez ya se pronunció, y nos lo recordará, o Pablo Iglesias, que hace unos días prometía prohibirlo si ganaba, no perderá la ocasión de atribuirse cierto protagonismo quizá diciendo que eso adelantó la prohibición para negarle la autoría. O algún torero que ya señaló que no estaba muy de acuerdo con aquel festejo. O el grupo de actores y presentadores que grabaron vídeo pidiendo su supresión. O de plataformas como Change.org capaces de recoger miles y miles de firmas.

Para mí el mérito sobre todo es de la gente que es capaz de intentar cambiar las cosas, de la fuerza que muchos anónimos consiguen movilizando al resto para intentar que no perduren actividades que, estiman, no tienen sentido en la actualidad. Y además, de alguna manera, muestran un camino a explorar que es el de la participación ciudadana, una fuerza impresionante pero poco utilizada hasta ahora.

Yo, que desde el blog he escrito un par de entradas sobre el Toro de la Vega, no puedo atribuirme mérito porque este blog tienen un ámbito local y es del todo irrelevante en este asunto, pero sí puedo decir que me ha servido para sacar el puntillo creativo y parir el sonetillo que publiqué el 18 de septiembre de 2013 y que reproduzco, de nuevo, ahora. Yo no he ayudado a acabar con el Toro de la Vega sino que el Toro de la Vega me ha ayudado a mí:


Que al Toro de la Vega, alanceado,

lo tengan por cultura y tradición
parece más insulto a la razón
que algo seriamente meditado,

que asoma el español asilvestrado,
el patrio más salvaje y más cabrón
haciendo de la muerte su pasión,
matándole a traición y de costado,

que así es como disfrutan los mancebos,
por más que se presuma de los "güevos",
pues luego son ya mil contra la res,

que nada de cultura y tradiciones
se pueden exponer como razones,
tortura contra el toro es lo que es.


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miércoles, 18 de mayo de 2016

LA NATURALEZA NO NECESITA AL SER HUMANO...(Página n° 3639)

....pero el ser humano sí necesita a la Naturaleza.

Sin embargo parece, por nuestro comportamiento, que creemos lo contrario.

martes, 17 de mayo de 2016

¿QUÉ PASA CON LA ROMERÍA? (Página nº 3638)



Hace un año escribía esto, sorprendido por la escasa gente que observé en la romería en el Santuario de las Cruces respecto a tres años antes:

Este año no he podido comprobarlo porque ni mi hija, principal motivo de que me acercarse por allí, ha ido con su grupo de amigos. Pero sí que me llamó la atención los comentarios que aparecían en el grupo de facebook "Me GuStA...DAIMIEL" en los que se señalaba la escasez de personas en un día, no nos engañemos, climatológicamente perfecto para una romería.
Como no suelo quedarme en esos comentarios cuando tengo posibilidad de hablar con gente que va habitualmente anduve preguntando si ellos habían apreciado esa misma merma de romeros y, efectivamente, me confirmaron que cada año, desde hace un lustro, es notoria y notable la mengua de asistentes, no ya solo los que se acercaban para pasar allí toda la jornada sino la de los que se llegan al Santuario a estar un rato y vuelven a casa un par de horas después. Descartaban el hecho puntual y remarcaban la tendencia.
Como tengo la opción de comparar me decía una compañera que en Villarrubia también se notaba pero, por lo que contaban, no tan marcadamente como en Daimiel.
¿Y cuál podía ser el motivo?
Algunos apuntaban a la poda demencial de unos años atrás que convertía parte de la zona en hostil, aunque los romeros siempre supieron crear su propia sombra con lonas y otros elementos.
Otros hablaban de una pérdida de la tradición, pero me da que entre las muchas tradiciones daimieleñas ninguna ha mostrado esta desafección o huida tan acusada.
Hay quien apuntaba a la falta de actividades y chozos. También a que cualquier fin de semana te ofrece casi lo mismo con menos jaleo. O que los jóvenes han dado la espalda a ese "botellón" romero como alternativa. Incluso, me apuntaban, a aspectos económicos o a que, al contrario que hace años, los daimieleños ausentes ya no hacen acto de presencia cuando antes era una cita ineludible.
Ya sé que también hay quien culpa a las autoridades locales o a la junta directiva de la Hermandad de la Virgen, pero no veo relación directa para achacarles que los daimieleños, cada vez en mayor número, pasen de ir a celebrar la romería.
¿Qué pensáis que está ocurriendo?, ¿cuál puede ser el motivo o motivos de algo que ya es evidente y es que la participación se ha reducido drásticamente?

LO MIO ES UN AMOR IMPOSIBLE (Página nº 3637)

   (Foto de Juan Julián Rodríguez de la Rubia pasada por un filtro acuarela)

Mira que la quiero, que la deseo. Tras tantos meses de espera acudo a su cita, puntual, con una ilusión casi adolescente, dispuesto a postrarme ante ella y a llenarla de atenciones. Nada en mí puede hacerla dudar de mis inmejorables intenciones, de la lealtad de este amor incondicional cuando la abordo y me entrego a ella y me someto a su carácter caprichoso, cambiante, antojadizo, aun con la esperanza de que todo cambie en su actitud hacia mi.

Pero lo mio parece ser un amor imposible de ser correspondido. Noto su tensión, observo que no cede ante mis esfuerzos, que persiste en hacerme daño y provocar en mí un estado de desasosiego que me lleva fácil a lagrimear a moco tendido, al ahogo, a un malestar que en ningún momento como en ese se hace palpable. Y creo que por mucho que la quiera nada cambiará y siempre tendremos ese desencuentro que solo a mí me hiere y me consume.

He probado con todo y hasta me he arrojado a la farmacopea para soportar como pueda las consecuencias de nuestros encuentros, pero no hay manera. Ella no me rehuye, me deja estar a su lado, pero no cesa de hacerme sentir mal, de ahondar en mi malestar sin mostrar piedad alguna.

Verdaderamente lo nuestro es un amor imposible, Primavera. De nuevo me has traído la alergia, este sinvivir que sin separarnos nos aleja, y ni los antihistamínicos ni los inhaladores ni las vacunas ni los colirios obran el milagro de tu perdón. Cómo si no explicar que así me arrojes a los brazos de otros, como el Verano, que me quiere mejor, que me idolatra y mima, aunque yo solo lo contemple como el sustitutivo que es de ti.

Te quiero tanto como me dueles. Lo sabes, pero no me das ni una oportunidad.


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lunes, 16 de mayo de 2016

DEL CULO Y LAS TÉMPORAS O POR ALUSIONES TAURINAS (Página nº 3636)

Aquí el comentario:
Conociendo tu trayectoria no me extraña tu postura.
Teniendo en cuenta que la cocina es un arte, y estamos ante siete pequeñas obras de arte que tienen como inspriacion la fiesta de los toros y que siete cocineros daimieleños han tenido a bien inventar haciéndolas coincidir con un acto pero que no tienen nada que ver, pensé por un momento que te negarías a alimentar tu cuerpo y alma de cualquier arte que se inspirara en lo mismo, pero ya he visto que no.
Que en tu pagina 859 animabas a la gente a asistir a un espectáculo teatral de Yllana, con inspiración taurina en el Teatro Ayala.
Me dejas mas tranquilo.
Me niego a pensar que no serias capaz de contemplar obras de arte como la serie de grabados de Goya que tienen a la tauromaquia como fuente de inspiración, o el propio Picasso.
O las esculturas de Botero.
Poesía de Federico Garcia Lorca.
Por supuesto tampoco capaz de ir a la Plaza de Toros de las Virtudes, o a las Ventas de Madrid a algún concierto, por no enumerar muchísimas mas Obras arquitectónicas que forman parte de la Historia y con reconocidos valores de todo tipo.
De música ni hablamos, y
Ni que decir tiene, que contemplar una dehesa con la relación que tiene con los toros tampoco la mirarías.
Como dices, esta claro que tus principios son los que son, pero no los que dices ser.
Aquí el desbroce y desmonte de errores y tópicos:
  1. De 27 entradas sobre toros te fijas en esa. Pero vale, al parecer no viste la obra que te permites usar como argumento. Se titulaba "¡MUUU!" y efectivamente era de tema taurino pero tratado desde la parodia más absoluta. Vamos, que de protaurina tenía lo que yo de taiwanés porque ridiculizaba toda la ceremonia taurina y los protagonistas llegaban a ser prototipos ridículos. Si la hubieras visto ni se te hubiera ocurrido usarla como argumento porque te deja mal parado.
  2. Lo que he escrito, que es a lo que me ciño, es esto: "No soy antitaurino, en el sentido de que no participo en ninguna iniciativa para que se supriman y desaparezcan, pero de igual modo tampoco me verán en actividades que promocionen la llamada Fiesta Nacional." Me parece claro que hablo de actos para promocionar la tauromaquia, aunque pretendas otra lectura.
  3. Vayamos con el arte, ese culo por témporas, tan recurrente y manido. La prostitución, el terrorismo, el genocidio, la pederastia o la tortura son temas tratados en novelas, poemas, películas, pinturas, obras de teatro, etc... y no dejan de ser temas repugnantes aunque los artistas sean capaces de expresar esos temas con hermosas palabras o belleza plástica. Si conoces la Historia del Arte o de la Literatura hay cientos de ejemplos de lo que digo pero ver un cuadro, leer un libro o disfrutar de una película con estas temáticas no son promocionar esos temas.
  4. En cuanto a los edificios yo puedo ver mezquitas, sinagogas, catedrales, sin ser de ninguna de esas religiones y aun sabiendo que en nombre de ellas se han hecho barbaridades a lo largo de la historia de la Humanidad. La razón para ver la Plaza de Toros de las Virtudes, o la de Almadén, tienen que ver más con arquitectura que con otra cosa para mí, igual que puedo ver el Valle de los Caídos desde un punto constructivo y al margen de lo que supuso, o admirarme con los coliseos romanos aunque encierren una historias de espectáculos bárbaros y dasalmados que me pudieran parecer repugnantes.
  5. En cuanto a las plazas de toros como emplazamiento de conciertos musicales o no taurinos entiendo que imperaría la lógica del aprovechamiento social de una infraestructura generalmente infrautilizada. Música, cine u otras actividades culturales pueden tener allí un espacio fenomenal y su uso no creo que indique promoción o apoyo a lo taurino.
  6. De las dehesas ya se ha dicho que solo una mínima parte se dedica a la cría de toros. Estaban allí antes que los toros y son solo un tipo de paisaje asociado al clima al que se han dado diversos aprovechamientos. Si crees que ver una dehesa es promocionar la tauromaquia pues vamos aviados, porque según eso ver el desierto, la tundra, los paramos, la sabana o la selva ¿tendrían un valor asociado a culturas y no podría ser disfrutado desde el punto de vista paisajístico exclusivamente? Ridículo.
  7. Pero fíjate, para no ser taurino he visto corridas, he leído libros con esos temas, visto cuadros y grabados, asistido a obras de teatro y películas donde salía esa temática, y gracias a todo ese bagaje se han construido mis principios para no participar en actividades de promoción de los toros pero también para no ser persona activa contra la llamada fiesta nacional ni participar en actos para que sean prohibidos.
  8. Finalmente, si has llegado al final de estas líneas, ya que van dedicadas a ti, habrás observado que, al contrario que tú, no he tenido que dudar de tus principios ni cuestionarlos porque asumo que los toros puedan encantarte y no te consideraré por eso mejor o peor persona. Prefiero respetar tus principios ya que tú no lo has hecho porque prefiero desmontar tus argumentos con otros más sólidos.
Y como no me quiero alargar más aquí lo dejo, ya manso el toro y devuelto a los corrales.


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LAS HUELLAS INVISIBLES (Página nº 3635)

Hay un rastro visible que dejamos con casi cada una de nuestras acciones. Nos suele pasar desapercibido, es cierto, y hasta somos capaces de apreciar mejor el de los demás. Lo vemos en el suelo, las paredes, los objetos, camuflada la autoría en el anonimato, pero también en el resultado de lo que hacemos, escribimos o creamos, esta vez con la autoría más definida, y lo cierto es que no siempre es agradable pero suele quedar asociado a lo que somos.
 
Sin embargo hoy quiero hablar de ese otro rastro invisible, las huellas que han ido dejando en nuestras vidas los demás y los acontecimientos que hemos vivido. No me cabe duda de que cada circunstancia deja una huella indeleble, por más que no parezca que nos percatamos, pero que han ido fraguando nuestra personalidad.
 
Es posible que de las más relevantes sepamos encontrar los vestigios y hasta poner cara a quienes lo protagonizaron pero de la mayoría no somos ni conscientes y difícilmente seríamos capaces de vincular las señales con alguien determinado. Y sin embargo están ahí, sí, invisible a los ojos pero rotundas en el carácter, en nuestra forma de ver y afrontar la vida.
 
En ese mapa de huellas invisibles está la familia, los amigos de infancia, la pandilla, los compañeros de clase, las gentes con las que mucho o poco convivimos a lo largo de la vida, nuestros amigos de ahora, nuestros compañeros de trabajo, nuestros vecinos, cientos, miles de personas que dejaron sin saberlo su indicio en nuestra vida y que, para bien o para mal, han marcado lo que somos. Aunque, como digo, rastrear su origen es imposible, fuera de aquellos hechos más significados, van con nosotros, operan al actuar, al enfrentarnos con la realidad. Un atlas silencio e invisible que portamos para siempre con nosotros.
 
Quizá no seamos conscientes de que, de la misma manera, también vamos dejando marcas indelebles sobre los demás y que hemos de ser cuidadosos en ese trato porque casi nunca es inocua la forma en que interactuamos con otros, aunque no nos puedan poner cara ni nombre cuando intenten explicar por qué hacen lo que hacen.
 
La vida es eso, un inmenso mapa de huellas invisibles que incrementamos cada día sin saberlo pero que nos define como nada otra cosa.


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domingo, 15 de mayo de 2016

GRACIAS, PERO ESTA VEZ PASO (Página nº 3634)

Felicito siempre a la Asociación Turística Tablas de Daimiel por sus iniciativas, en las que siempre he participado, porque promueven una actividad atractiva que va calando, cada vez más, en los daimieleños y tiene una buena acogida entre quienes nos visitan. Incluso en esta ocasión, en la que proponen la Tapa Taurina, entiendo que persiguen el mismo objetivo, que es dinamizar el ocio de Daimiel un fin de semana corriente y moliente y por eso les deseo todo el éxito del mundo.

Pero dicho esto, a nivel personal esta vez paso. Ni me seduce el motivo ni lo comparto. Es un tema de principios personales, que equivocados o no, son los que tengo y por los que me muevo. No soy antitaurino, en el sentido de que no participo en ninguna iniciativa para que se supriman y desaparezcan, pero de igual modo tampoco me verán en actividades que promocionen la llamada Fiesta Nacional. ¡Eso sí, pongo el cartel para ilustrar a quienes no sepan de qué va esto!

Por mi parte ya si eso nos citamos para "Daimiel, Pueblo de Brujas", ¡no faltaré!

 

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¿EN LAS AULAS? (Página nº 3633)

Leo este comentario:
 
 
Siento verguenza. Ya hay precedente de las roturas monumento, cerámicas, jardines. ¿No se arregla ésto en las aulas?. Un daimieleño ausente
 
Y me pregunto: ¿en las aulas?
 
¿Son la solución las aulas? No. ¿Y por qué?
 
Sinceramente, en las aulas se trabaja desde siempre estos temas relativos a los hábitos, el respeto, las normas, etc... La base de la enseñanza parte siempre de trabajar este tipo de aspectos así como las habilidades sociales y está presente a lo largo de la escolarización. Se podrá achacar que se trabajan desde la uniformidad pero no, desde luego, que queden al margen o tengan un valor residual porque, una y otra vez, se insiste en su importancia.
 
El error quizá sea creer que las aulas son el modelo principal de los chavales, como antaño, porque hoy los modelos son muchos y el control sobre ellos escaso, y la escuela junto a la familia ya no son quienes forjan en solitario la forma de enfrentarse a las cosas.
 
Es más, redes sociales o televisión tienen un poder imitativo que desborda las aulas, la capacidad de transmitir mucho más veloz y proselitista, y en eso la escuela, aún más que las familias, ha visto perdida su influencia educativa a pesar de que no ha cesado de intentar transmitir modelos positivos y de respeto hacia los demás y hacia las cosas y no solo a través del trabajo diario de los docentes sino albergando programas y actividades promovidas por entidades para educar en valores necesarios.
 
Se recurre, con demasiada frecuencia, a decir que tal o cual cosa se debería enseñar en la escuela, como si fuera una caja de sastre donde cupiese todo y como si fuera quien tuviera que solucionar la papeleta, pero no deja de ser una forma de eludir la responsabilidad propia pasándosela a otros que no tienen ni los medios materiales ni personales ni la formación específica para todo lo que algunos les demandan sin detenerse en pensar lo improcedente de cargarles la responsabilidad.
 
La escuela es educadora, tiene ese objetivo, pero la educación trasciende las aulas, corresponde a las familias también, a los medios de comunicación, a la propia sociedad que ha de ser educadora ante todo. Cuando alguien se sube a la Manola y salta sobre ella es consciente de que lo que hace no es normal ni lógico ni puede ocasionar, en el mejor de los casos, nada bueno. Pero elige ignorar todo eso e imitar algo que ha visto en la tele y tirar por tierra todo lo aprendido hasta ese momento.
 
No, la solución no son las aulas porque, de ser así, estaría ya solucionado pues nunca se ha abandonado esa línea de trabajo, con sus aciertos y errores, la solución necesita mucho más y está fuera de los colegios sobre todo.


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