sábado, 6 de febrero de 2016

ÉTICA Y ESTÉTICA (Página nº 3473)

Si a las personas que viven en este mundo les interesase más la ética que la estética, si dedicasen tantos recursos a la ética como le dedican a la estética, estaríamos más cerca de una sociedad mejor, justa, equitativa, solidaria y concienciada. Pero no.

No nos engañemos, hemos apostado claramente por la estética hasta convertirla en una fuente ingente de recursos, en una mina empresarial que atrapa una buena parte de recursos económicos de las personas, que apuesta por explotar todos los mecanismos de la creatividad para, a su modo, expoliarnos parte del salario. Buscamos lo nuevo, la marca, el estilo, la diferencia, y anteponemos eso a casi todo lo demás.

Sin embargo la ética, que es gratis, no genera negocio, incluso lo frena, lo dificulta. La ética forma parte del patrimonio personal pero no adorna, no embellece, no seduce, Desgraciadamente ya es un acto individual y solo en casos flagrantes de ausencia ética puede despertarnos cierto malestar hacia quienes se exponen así.

Todavía, o cada vez más, juzgamos a la gente por su imagen. Por eso generamos tantos recursos para, en el fondo, ocultarnos tras esa imagen que pretendamos dar, y eso ya va en detrimento de la ética porque somos perfectamente conscientes de ese uso interesado que hacemos de muestro aspecto frente a los demás. 

Deseamos un "mundo feliz" falsario donde molesta la miseria, la sordidez, la diferencia, pero no nos ocupamos de la falta de ética que ha ido produciendo todo esto porque solo molestan por que se pueden ver y estropean la imagen general y nos podrían relacionar con ella. No nos molesta por injusta sino por que no resulta estética, siempre la maldita estética avasallando a su siamesa pobre.


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viernes, 5 de febrero de 2016

NO ACABA CON LA MUERTE (Página nº 3472)


El psiquiatra forense José Cabrera, ese ubicuo personaje al que se recurre siempre que se busca la opinión de un especialista como si en España no existiera ningún otro psiquiatra forense que pudiera opinar ( y reto aquí a que me digan qué otro aparece en televisión siquiera en una ocasión aislada) ha protagonizado, por su contenido y sus maneras, una intervención a favor de la dirección del colegio en el que uno de sus alumnos decidió suicidarse con apenas once años que, cuando menos, deja mucho que desear.

Publica El Mundo el audio de una de las reuniones, a las que acude por amistad pero revestido de la fama y supuesta autoridad que le puede dar su omnipresencia televisiva, para decir lindezas como que él está allí porque le sale de los cojones, que le sobra la pasta y que todo lo que concierne a relacionar colegio y Diego es una chorrada. Pero no es lo peor, afirma que sabe todo, absolutamente todo del caso, y señala a "la dinámica familiar compleja" mientras exalta a los Mercedarios, su saber estar, su discreción que llega a extasiarle.

Yo pienso en los padres. Sin que yo me proponga erigirme en dios todopoderoso que todo lo sabe, como el doctor Cabrera, me parece que dichos padres no merecen, además de la muerte de su hijo, que alguien que está allí "por amistad" los señale como posibles culpables de un clima familiar que provocara el suicidio, y mas cuando la policía y un juez, aún, parece haber marcado otra línea de investigación no tan benevolente con el propio colegio y parecen existir testimonios de otros casos en el mismo centro que, eso sí, están por depurar y saber en qué quedan.

El doctor Cabrera está ahí por sus cojones. Dice él porque eso no basta y sin el interés y el permiso de la dirección del Centro valdrían de poco sus testículos. Más bien estará por los cojones de los Mercedarios en esa campaña depurativa de imagen que necesita ante los padres tras estar en el foco de la noticia y llenar páginas de prensa. Y tampoco le da más autoridad que le sobre la pasta, como si eso fuera un plus de criterio, objetividad y acierto, porque igual que le sobra pasta le podía sobrar, pongamos por caso, desvergüenza, intencionalidad o falsedades a "puntapala" y tanto exceso no garantiza en ningún caso la posesión de la verdad, indiscutida para él en ese papelón de infalibilidad que se arroga.

Es muy triste que el dolor no acabe con la muerte de un hijo, que aún tengan que soportar los desprecios y acusaciones de alguien que recurre, como prueba del nueve intelectual, a decir que toda la vida ha habido peleas en el colegio, que eso no es acoso. Cualquier especialista medianamente presentable sabe distinguir peleas puntuales de casos de acoso y no las igualaría jamás, pero además ningún especialista que se precie justificaría la existencia de peleas, a pesar de que ocurrieran y sigan ocurriendo, como algo que haya que normalizar hasta el punto de restarle importancia y no trabajar para que esos comportamientos vayan desapareciendo. Porque es que, según lo que dice este tipo, parece que son las víctimas los inadaptados que no asumen que es natural que se les pegue, se les insulte, se les acose y solo su debilidad para asumir lo que ocurre tendría la culpa de su situación.

Yo, sinceramente, no recuerdo muchas ocasiones en las que unas palabras me hayan indignado tanto. Trabajo treinta años con niños, intentamos atajar cualquier situación antes que se pueda consolidar una mala actitud hacia un compañero. Se nos escapan cosas, claro, sobre todo cuando suceden en espacios abiertos o fuera del centro e impera el silencio de unos y otros. Pero sabemos de la vulnerabilidad, de los liderazgos tóxicos, de la facilidad de romper equilibrios y estamos siempre intentando atajar situaciones indeseadas en las relaciones.

Pero, y vuelvo al audio, indignándome las palabras de Cabrera lo que de verdad arde la sangre es la facilidad con la que los asistentes le ríen las gracias y aplauden sus desplantes. Se percibe el colmillo, la horda, la facilidad de ponerse contra la víctima. Sinceramente, escuchando esas reacciones puedo hasta creer que los acosadores, si los hubo, se sintieran fuertes e invulnerables.


Enlace a la noticia y el audio:



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UN DÍA EN EL PALCO (Página nº 3471)

Se ha comentado mucho la invitación, y el rechazo posterior a tal invitación, al portavoz de Podemos en el Senado para asistir a un partido en el palco del Bernabeu. Y se ha comentado mucho, supongo, porque tal invitación y rechazo se ha dado a conocer a través de las redes sociales y, como siempre, esto ha servido para que unos presuman de principios y otros les acusen de notoriedad.

A mí, la verdad, esa batalla eterna me la refanfinfla, pero me pregunto qué interés puede tener el Real Madrid en llenar cada día de partido su palco con políticos, jueces, empresarios y toda persona relevante mientras decenas de miles de personas han de pagar su abono o su entrada, El Real Madrid o cualquier club que haga lo mismo habitualmente, y que conste que esto de la cortesía me parece un argumento desechable desde el primer segundo.

Vivimos en un país en el que se cobra en especia sin el menor reparo, en el que se aceptan los obsequiosos regalos de alguien sin que, aparentemente, exista motivo para recibirlo, en el que somos propensos a naturalizar este tipo de dádivas ignorando los motivos por los que podemos ser objeto de esa atención.

Ya saben, los palcos son elitistas, clasistas, cada pase tienen nombre y apellidos perfectamente estudiados, y a estas alturas no huele a gesto inocente sino a atención interesada. Y ante eso hasta se agradece que alguien doga que no, que prefiere ir pagando lo suyo, que igual que jamás se invitará allí a alguien irrelevante uno prefiere compartir la irrelevancia del anónimo, del hombre de la calle y renunciar a este mamoneo interesado.

Lo de publicitarlo ya no sé si tampoco es inocente, pues parece mucho más un acto de proselitismo político, pero plantarse y decir que no le vuelvan a mandar una de esas cartitas de invitación me parece genial y más cuando alejado del fútbol aquello se convierte en un acto social restringido que pagan los que no tienen acceso, los socios del club, para que la directiva convierta en un "club de campo" ese espacio privilegiado en un lugar de sus propios intereses personales.

No aprenderemos nunca. Se les hace el culo gaseosa por estar allí, por sentirse parte de esa élite, pero raramente son invitados por sí mismos sino por el lugar preponderante que ocupan, y solo por eso y por dignidad muchos más debieran declinar el regalito. (¡Ay, perdón, que estoy hablando de dignidad a estas alturas!, ¡pero que ignorante o qué ingenuo llego a ser algunas veces!)

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jueves, 4 de febrero de 2016

GRAN VIÑETA (Página nº 3470)

Cómo formar gobierno

La de Manel hoy en eldiario.es.

Cogiendo como referencia lo sucedido con la visita del presidente iraní a Italia Manel tira de humor ácido para retratar la situación de Pedro Sánchez y la necesidad de intentar pactar con partidos de todo pelaje y condición y para lo que servirá de poco repetir "programa, programa y programa".

Lo más genial esa caja ya preparada tras la E de español, presta a colocarse si hace falta.


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EL ANIMADOR SOCIO-CULTURAL (Página nº 3469)

Hubo alguna vez una Caja de Castilla-La Mancha. Por y para qué nunca lo sabremos con seguridad aunque el que fuera su presidente, sin más mérito que el amiguismo, la militancia y la endogamia interesada, ahora dice que él era algo así como el animador socio-cultural, el patán representativo que aceptó un cargo para el que no estaba preparado y cuya misión no era saber de qué iba la cosa. Es su estrategia para tratar de salir impune de su despreciable gestión, esa que terminó por liquidar la entidad y tener el mérito de ser la primera intervenida con la crisis.

Pero Juan Pedro Hernández Moltó si tenía formación suficiente porque se licenció en Ciencias Económicas, no era un idiota sin más, sumaba experiencia gestora como Consejero de Hacienda y Economía durante años en el gobierno de José Bono, se encargó como diputado en el Congreso de temas económicos y, en definitiva, no llegaba al cargo de presidente de la Caja  por otra cosa que su perfil de gestor económico y su probada fidelidad a quien lo aupó y no porque hubiese devenido en un "public relations" para animar los cotarros culturales untados con la generosidad de la entidad financiera que presidiría durante diez años.

A uno le aburre este recurso de los listillos de turno, cuando se trataba de medrar y trepar, de hacerse pasar por tonticos de baba cuando la justicia les toma por los huevecillos. Entonces la arrogancia, la prepotencia, la altanería, la soberbia, la petulancia, la altivez y la jactancia con la que se desenvolvían desaparece y en curiosa metamorfosis del capullo sale el lerdo, rucio, tardo, inepto, obtuso, zote y negado que estaba allí casi sin quererlo y sin saber de qué iba la hebra. Y Hernández Moltó, carente de cualquier originalidad, ha confiado su defensa en pasar por ser un tonto a las tres, un girulo, un tarugo, un cagalástimas que desconocía lo que allí pasaba, se limitaba a firmar lo que le ponían en la mesa y zascandileaba de festín en festín, de inauguración en inauguración, de evento en evento, melenita al viento, que era, dice él, para lo que le tenían allí.

Demasiado buen sueldo para tan idiota, demasiada responsabilidad para tan mentecato, demasiada mentira para un tipo que se desenvolvía en la primera división política y mostraba ser muy vivo y capaz.

Puede que consiga engañar a algunos pero no a la mayoría con ese papel sobrevenido de cenutrio, de cipote, de cerril bajo el que quiere cobijarse. Él, como presidente, era el responsable máximo de la Caja de Castilla-La Mancha y, a mi juicio, debe pagar por su horrorosa, pésima, dañina gestión que recayó también sobre muchos castellano-manchegos y le consagra como culpable de la desaparición de una entidad que de no haber estado sometida al capricho e interés político hubiera jugado mejor papel en la economía de la región.

Ya sé que judicialmente es mejor pasar por tonto que por sinvergüenza, pero tonto no era, más bien un listo, un pasante, un licenciao que ahora debe pagar por sus decisiones si los jueces así lo estiman.


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miércoles, 3 de febrero de 2016

UN DETALLE CURIOSO (Página nº 3468)

Cuando en el pasado Pleno Municipal la concejal socialista formuló una pregunta sobre el deplorable estado de la fuente de La Manola toda la respuesta del alcalde giró en torno al lamentable estado de los paneles de azulejos con escenas del Quijote donados por Vicente Carranza y que, efectivamente, se instalaron sin una previsión adecuada de cómo afectaría la humedad a su integridad, lo que en definitiva condenaba la obra a su deterioro progresivo. Habló Leopoldo de vergüenza sentida y, seguramente, tenía toda la razón del mundo porque su aspecto es penoso y las primeras muestras de la acción de la humedad asomaron bien pronto sin obtener demasiada respuesta para frenar el deterioro, de modo que lo que había servido para realzar la fuente ahora terminaba afeándola.

Sin embargo aprecié un detalle llamativo, precisamente en esa respuesta, y es que para nada se habló del propio estado de la figura de La Manola, este conjunto escultórico que da nombre popular a la fuente y que también se encuentra en unas condiciones lastimosas que requerirían un buen proceso de restauración profesional tras más de un siglo coronando esa fuente emblemática.


No sé a los demás pero puestos a sentir vergüenza habría que hacerlo del estado del conjunto de la fuente y, puestos a elegir, de esta supuesta "Diana" "manolizada" por el pueblo llano que tanto y tanto ha visto a su alrededor y pasa por ser la primera escultura urbana que tuvo nuestra localidad, que arribó desde tierras británicas como símbolo de modernidad a pesar de su corte clásico para lustrar un espacio nuevo que pretendía renovar la imagen urbana de Daimiel.

Sin embargo nada se dijo de ella en la respuesta del Pleno, algo que eché de menos y hasta me molestó, porque basta con darse una vuelta por el Parterre y observar la urgente necesidad de someterla a un buen trabajo restaurador que sus muchos años demandan y, al paso, terminar por solucionar el resto de problemas que terminarán por destruir las cerámicas quijotescas.


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martes, 2 de febrero de 2016

PSOE-PODEMOS (Página nº 3467)

Contesto al final de este comentario, de la parte subrayada:

De quien habrá salido esta moción?

el psoe local está decepcionando a sus simpatizantes y afiliados, no tenemos oposición, no
sé si es que se quieren cargar el partido o van buscando que se vote a otro partido

Y lo mismo está sucediendo a nivel nacional

Totem, sería interesante saber tu opinión sobre lo que pueda suceder con el psoe y podemos

En mi opinión, como un espectador más, lo de PSOE-PODEMOS es un quiero y no puedo desesperado que me suena más a una relación tóxica, de esas que deja heridas importantes en uno o los dos "cónyuges" que dará al traste con la relación.

Me explico:

Pedro Sánchez, a pesar de lo que dice, va de órdago porque sabe que su única oportunidad sería gobernar. Ya ha descubierto que en su partido muchos no piensan como él, otros aspiran a sucederle y sabe que los hay dispuestos a hacerle la cama a la mínima. Si por la derecha lo tiene crudo para sus aspiraciones encuentra por la izquierda esa relación-trampa que podría darle una oportunidad pero que va cargada de peajes importantes, quizá inasumibles para parte de su partido. Porque, desde el punto de vista socialista, me parece que esta relación tiene escaso futuro y ya estoy escuchando a la "madre" decirle "no te conviene", "ten cuidado que no es mujer para ti", "¡cuidado con esa lagarta!", paso previo al posterior "mira que te lo dije y no me hiciste caso", "si se veía venir" o ese "¡como no me haces nunca caso!".

Sí, porque en esta relación quien tiene mucho más que perder es el PSOE como partido. Puede que toque pelo pero terminará arrepintiéndose casi seguro. Ganará en parecer de izquierdas, ganará en gobernar...con las manos atadas, y ganará en no ir a las elecciones nuevamente si, como indican los sondeos, los resultados que pueden obtener son peores que los actuales. En lo demás todo son pérdidas, sometimientos, presiones, tiranteces, desprecios, lo típico de una unión por interés de gente muy distinta y en la que, seguro, PODEMOS cree que tiene muchísimo que ganar y poco que perder. Lo primero, ganará un rehén. Lo segundo, cuota de poder. Lo tercero, proyección para sus políticas haciendo ver que ni son tan radicales  ni tan extremas, a fin de incrementar su electorado y eludir ese miedo primigenio que se le tiene porque tontos no son y solo con una cuota de poder mayor podríamos ver si su auténtica naturaleza es bolivariana o de izquierda comprometida con los más débiles.

Sánchez necesita una pareja, y más, para gobernar. Podemos una palanca para para sus propias aspiraciones. No le llamen amor porque es puro sexo, y "ella", la formación morada, tiene toda la pinta de "dominatrix".

MERCADO DE INVIERNO (Página nº 3466)

Hay cosas que no terminan de entenderse. Más de mes y medio de la dimisión de la concejal de IU-Ganemos Gema Martín de la Sierra, más de tres plenos ordinarios y uno extraordinario, aún no se ha reemplazado a la dimisionaria a pesar de que casi en ese mismo momento ya se conocía quién habría de ser su sustituto.

Es evidente, a mi parecer, que no es un problema atribuible al Ayuntamiento de Daimiel sino a la Junta Electoral pertinente pero llama la atención la insultante lentitud que muestra para tomar una decisión administrativa que, ¡seamos serios!, no tienen mayor intríngulis jurídico y se produce con cierta asiduidad. Pero lo que no parece razonable es que todo quede a expensas no de unos plazos fijos establecidos, pues al menos en Daimiel jamás se tardó tanto en reemplazar a concejales que renunciaron a su acta de concejal, sino a la desidia de esperar, no se sabe a qué, para poner en marcha el procedimiento que posibilite que Daimiel tenga los 17 concejales que le corresponden y no estos dieciséis que ahora ejercen en esperar de que termine este "largo mercado de invierno" y, con suerte, para el 7 de marzo podamos ver al nuevo edil de IU-Ganemos ocupando su sillón.

No es que vaya a cambiar mucho con su presencia pues la oposición seguirá en minoría, pero no se entiende que cualquier concejal, fuera del grupo que fuera, tenga que pasar por esta "cuarentena" o más allá para ocupar el lugar que le corresponde y al que le da derecho haberse presentado a unas elecciones municipales en ese lugar de la lista.

A mí es que esta lentitud burocrática me subleva. No es que sea garantista, que ciertos plazos serían entendibles, es que me parece que la burocracia administrativa es desproporcionadamente lenta, insufrible, casi comatosa, sobre todo en procedimientos aparentemente sencillos, que se suponen bien articulados en su protocolo y que debieran ser necesariamente dinámicos. 

En muchos casos esto recuerda otros tiempos, esos en los que la burocracia era un bucle infinito, desmotivador, disuasorio. En pleno siglo XXI un simple cambio de concejal obliga a esta demora, aunque veas como diputados, senadores e incluso ediles en otras administraciones no necesitan tanto tiempo en ser reemplazados y, comparativamente, sufren plazos más razonables y muchísimo más cortos.

¡Lamentable!


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lunes, 1 de febrero de 2016

TRAS LA MOCIÓN (Página nº 3465)

Finalmente la moción sobre señalización, tráfico y seguridad vial de la calle Nueva no ha prosperado y aunque esté feo decirlo parece claro que tanto PP como IU-Ganemos tenían parecida opinión que yo y a esa moción le quedaba grande el Pleno Municipal y parecía más objeto de comisión que de sesión plenaria.

No obstante dejaba en el aire un tema mayor, ese concepto de ciudad y la existencia de numerosos puntos negros o grises oscuros que se debaten entre el buenismo de los que gobiernan y la fijación de los grupos de oposición. Sí, porque no vale con la certeza de que quienes conducen saben las normas, conocen las señalizaciones y todo está en su lugar, ni tampoco esa mirada con lupa que incluso trata de sobredimensionar algunos de los problemas menores para aumentar el catálogo de defectos.

En cuanto al concepto de ciudad, siendo un tema trascendental, me da que tiene tal envergadura que no se abordará a corto ni medio plazo, aunque debiera condicionar muchas de las iniciativas a tomar. No es fácil porque ha de ser ambicioso, profundo y extensivo a todo el casco urbano y eso tira para detrás la convicción de abordarlo.

Pero lo más llamativo ha sido, por un lado, ese aprovechamiento del informe técnico de la policía local que ha sido un baño de autoadulación y, de paso, un canto al buen trabajo político de quienes gobiernan, hasta el punto que contrastaba con ese mosqueo de Leopoldo afeando al Grupo Municipal Socialista que pinten tan mal Daimiel y a todo encuentren defecto. Pues bien, ni creo que todo sea tan maravilloso como pinta el informe, advirtiendo que Daimiel es una ciudad muy segura respecto del tráfico, ni creo que los grupos municipales opositores estén para cantar alabanzas al Equipo de Gobierno y sí para su fiscalización, independientemente de que lo hagan con acierto o no.

Daimiel tiene problemas, algunos importantes, y no basta con pensar que la señalización horizontal o vertical sea correcta, que se haya optado por incrementar los semáforos, que hayan aumentado los resaltos tanto en pasos de peatones como en zonas de calzada intermedias, que existan más espejos en esquinas problemáticas o que, periódicamente, se repase la situación de distintas zonas, por ejemplo. Hay un factor humano importante, decisivo en muchos casos, que hace que la seguridad teórica no lo sea tanto y sobre eso habría que actuar. Es verdad que ciertas señales de "stop" se saltan reiteradamente o, como mucho, se convierten en "ceda el paso"(calle Nueva junto al Torillo, salida de Avenida de Europa hacia calle Ciudad Real...); se aparca donde da la gana subidos a la acera, sobre pasos de peatones, bloqueando vados, usurpando las plazas para minusválidos; se circula a enorme velocidad para lo regulado provocando situaciones de alarma; vemos ciclistas, sobre todo chavales, que circulan en dirección contraria, ocupan aceras, hacen caballitos, etc..., o este nuevo elemento avasallador que son los usuarios de patinetes yendo a su bola... No es que falle la señalización, no falla la normativa, pero ese factor humano afecta y mucho al tráfico en Daimiel y no vale solo esperar voluntarismo y criterio porque entonces no avanzaremos. Negar esto es no pasear ni circular por nuestra localidad, no conocer que más allá de un trabajo previo hace falta un trabajo posterior intenso para que Daimiel sea de verdad seguro, por el bien de todos, y aunque la solución no sea rápida y sencilla lo es menos con tanta autocomplacencia y tanto tancredismo.

Yo lo veo así, prefiero un espíritu crítico que complaciente. El primero puede servir para solucionar un problema, el segundo no porque nunca verá un problema donde lo hay y así será muy difícil corregirlo.




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CONJUGUEN...PERO NO ES LO MISMO (Página nº 3464)

Si hay algo que me subleve es que alguien, cuando hablamos de corrupción, pretenda justificarlo diciendo que todos somos corruptos, igualando por lo bajo, equiparando comportamientos que no siendo aceptables son bastante diferentes en la manera, la proporción y la situación, e incluso en el impacto sobre los demás.

Se mire por donde se mire es como confundir falta y delito, como tratar de minusvalorar lo grave con lo leve, por pernicioso que ambos actos sean. Porque si podemos afear pagar una reparación en negro, que es el ejemplo al que siempre se recurre, necesitamos calibrar hasta qué punto puede compararse con el cobro de comisiones a cambio de decisiones políticas y si estamos dispuestos a tratar por igual a quienes hacen una cosa y otra.

A mí esto de que quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, en clave de corrupción, me parece una gilipollez extraordinaria. Y esa otra de que si tú pudieras también lo harías, aún más. Ambas demuestran la tolerancia social ante esa tropa de corruptos que llega a tratar de pervertir la lógica estableciendo paralelismos. Puedo aceptar que este grado de tolerancia venga dado porque ya la tenemos con los temas menores, e incluso que esa displicencia hacia lo menudo a creado el caldo de cultivo necesario para que intenten hacernos creer que no es para tanto. Pero lo es, indudablemente, y la corrupción a gran escala es el mayor agravio contra la sociedad, un cáncer absoluto de la confianza, que es el valor que debiera prevalecer en la gestión política y administrativa. Y puesto que hay mecanismos para impedir la corrupción lo que falla es la voluntad de utilizarlos para impedir esa corrupción porque, quizá, el rechazo social no es suficiente  o, por escaso, termina siendo cómplice de ese comportamiento corrupto.

No es que uno quiera o no ser corrupto, es que el buen funcionamiento de mecanismos que impidieran la corrupción no dejaría margen a esa decisión, pero existiendo son desmontados políticamente para posibilitar que la ambición, la avaricia, la rapacidad y la rapiña tengan vía libre, y eso se hace a costa de cargos de confianza, intervención de los órganos de control, provisionalidad de cargos que deberían ejercer esa tutela desde las secretarías e intervenciones de las administraciones, etc...

Ya saben, quieren que todos nos aprendamos estos verbos, que los conjuguemos, para hacernos creer que todos somos la misma cosa, que está en nuestra cultura, que es lo mismo mangar una chuche que llevárselo crudo.



Presente 

(yocorrompo
(corrompes
(élcorrompe
(nosotroscorrompemos
(vosotroscorrompéis
(elloscorrompen 
Presente 

(yoME corrompo
(TE corrompes
(élNOS corrompe
(nosotrosNOS corrompemos
(vosotrosOS corrompéis
(ellosNOS corrompen









Pues bien, a quien piense así, a quienes crean que todos somos corruptos y que no estamos legitimados para denunciar la corrupción, a quienes piensen que haríamos lo mismo en sus circunstancias...¡cuenten con mi desprecio!


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domingo, 31 de enero de 2016

UNA MOCIÓN LLAMATIVA (Página nº 3463)

Tengo el problema de no conocer el contenido y solo saber el "título" atribuido a esa moción que presenta el Grupo Municipal Socialista y que hace referencia al tráfico y seguridad vial para la calle Nueva específicamente. Es por ello que no deja de llamarme la atención y tener curiosidad porque paso por esa calle con frecuencia y aunque atisbo cierta problemática no es, acaso, mayor que en otros puntos de la localidad..

Sí, chocante por cuanto son muchas zonas de Daimiel que podrían ser objeto de una moción específica por problemas de tráfico y seguridad vial, y a bote pronto se me ocurre la situación de la calle Sacristía de la Paz quizá más preocupante, a mi juicio, con estacionamientos indebidos, salidas por la zona de la estación de autobuses utilizada como atajo, ausencia de acera que no de peatones en la zona junto a la Ermita, cruce de viandantes por zonas no reguladas para el peatón, etc...

Y chocante porque seguramente el plan debiera ser global puesto que lo que se decide en una zona puede afectar a las colindantes y donde encontrar una solución provocar problemas en las adyacentes.

Pero claro, desconozco los términos y ya que no hay acceso a la moción habrá que estar atentos al Pleno Municipal para poder entender el sentido de tal moción y lo que se espera de ella al plantearla.

Por cierto, que viendo la escasa carga en el "orden del día" de los últimos plenos me da la sensación de que la vida política en Daimiel anda como la gráfica de una motorización cardiaca de un enfermo débil, casi comatoso, sin más sobresalto que una moción como ésta, en apariencia completamente inane.



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ESTAR DONDE NO SE QUIERE ESTAR (Página nº 3462)

Vivimos en España, vivimos donde se supone que nadie está contra su voluntad allí donde no desea estar salvo que lo esté forzada por una de esas mafias que trafican con personas para explotarlas sexual, laboralmente o para la mendicidad y, por tanto, hablaríamos de organizaciones criminales perseguidas por la ley. Fuera de ese contexto realmente no es fácil entender retenciones de ese tipo y es más probable que se den casos en los que uno no quisiera estar en un lugar pero ha de estarlo mientras no encuentra una alternativa real para escapar de un lugar inhóspito para ellos.

Por eso me ha llamado mucho la atención esa noticia de las tres monjas de origen hindú que, al parecer, se encontraban retenidas, contra su voluntad, en el convento de las Madres Mercedarias de Santiago de Compostela y que hicieron intervenir a la jueza que, en su auto, dice que vivían en condiciones casi de esclavitud y eran retenidas allí bajo engaños y amenazas. Y me llama la atención porque los valores doctrinales en los conventos hablan de vocación, sacrificio, entrega, generosidad y en ningún caso de coadyuvar a la retención ilegal y contra la voluntad de las personas o hacer del engaño o la amenaza ese arma efectivo de retención.


Llevamos ya cerca de cuarenta años de democracia, de Constitución, pero socialmente no hemos terminado de entender ciertas cosas. Podemos entender esa lucha contra las mafias que trafican con personas fijada en esa idea preconcebida que señala a los malos, a toda esa escoria social de fácil crecimiento y gran alcance que, poco a poco, se va desarticulando, pero nos es muy difícil focalizar otros comportamientos reprobables cuando provienen de quienes debieran ser los buenos y hasta tendemos a la condescendencia, la disculpa o la explicación. Nos pasa con la corrupción, tendiendo a velarla con la corrupción de otros, o con este comportamiento de una institución como la Iglesia cuando asoman casos de abusos a menores o secuestros propendiendo a despacharlos como casos aislados, colocando el punto crítico sobre las víctimas o intentando que nada salpique a la institución pese a no haber hecho nada por dar respuesta cuando algún caso trascendió.

No es que la Iglesia sea condenable, al menos cuando de verdad ignoraba los hechos, pero tampoco hay que escudarse en la labor pastoral que realizan para minimizar comportamientos quizá individuales que exigirían menos complacencia y más radicalidad. Pero el prejuicio siempre prevalecerá y hasta condicionará lo que acontezca a continuación porque en ninguna de las noticias se cuenta que, tras la denuncia, se haya actuado contra la persona que supuestamente engañaba, amenazaba y retenía a las tres monjas contra su voluntad. Curiosamente parece existir el delito pero nada da cuenta de que la persona que lo cometía, perfectamente identificada, tema por sus acciones.

En cualquier caso es triste que, a estas alturas, todavía pueda haber personas obligadas a permanecer donde no quieren estar contra sus deseos y su libertad. Ese es el verdadero problema, que se den condiciones aún para que tal cosa sea posible, sea el ámbito que sea.

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