martes, 23 de febrero de 2016

23-F, CUANDO NUNCA SUPIMOS LA VERDAD (Página nº 3498)


Hoy se cumplen 35 años de aquel intento de golpe de estado que hubiera podido devolvernos a las cavernas. En siete lustros nunca ha salido a relucir la verdad, quizá porque no nos hubiera gustado, pero llama la atención que en el siglo de la información todo quedara sepultado bajo el polvo de los silencios y las medias verdades.

Lo que más recuerdo fue el miedo, pero no un miedo individual que en mi caso no tenía porque a mis dieciocho años aún no me había significado políticamente sino un miedo colectivo, la inquietud, tal vez desolación, que se percibía en mucha gente. El miedo de sentir como unos pocos, con las armas, pueden revertir un proceso democrático aprobado en las urnas por la mayoría de ciudadanos.

De aquello me ha quedado una desconfianza hacia el ejército que aún no he podido sacudirme, hacia una institución endogámica que no ha sido capaz de generarme la confianza suficiente para sentirla leal al mandato constitucional por más que haya pasado un tercio de siglo. Lo siento, no sé si será merecido o no ese desapego, esa desconfianza, pero no puedo evitar sentir que la lealtad no está blindada.

Pero peor es esa otra sensación de que no se nos ha contado la verdad jamás, de que no se ha hecho el esfuerzo real de mostrarnos lo que sucedió antes, durante y después de aquel lamentable episodio y que solo habría camino a la especulación y la desconfianza. Esa impotencia de observar que no se ha querido desentrañar la verdad que lleva al objetivo natural de querer su ocultamiento.

Sí, ha habido mucha literatura sobre el tema, e incluso una "verdad oficial" con demasiados agujeros para creerla, pero ha faltado la voluntad sincera de revelar todo, todo, todo lo que sucedió, y aunque haya pasado mucho tiempo no es irrelevante pensar que todo lo ocultado se debe a una decisión tomada así que lejos de protegernos como sociedad nos expuso para proteger a unos pocos pues durante mucho tiempo después la viabilidad de otros intentos nos parecían posibles al no creer que todos los responsables hubieran sido castigados adecuadamente.

Estamos en 2016 y creo que nuestra integración en la Unión Europea hace imposible otra intentona o, al menos, su éxito, pero recuerdo aquel día con especial tristeza porque el miedo se adueño de las calles y pudo haber quedado allí para siempre, sepultando el deseo de casi todos por un tiempo nuevo de futuro y esperanza.


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4 comentarios:

  1. Javier Cercas en "Anatomía de un instante" y Pilar Urbano en " La gran desmemoria" son bastante clarificadores de lo que pasó.

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  2. pero si sabemos de qué color era el elefante blanco, venga ya. prhi

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  3. ¿Acaso no has oído hablar de los secretos de Estado?

    Pues puede que este sea uno

    No obstante par que queremos saber algo de lo que es mejor olvidar

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  4. Hay gente que quiere meter las narices donde no le importa y que le cuenten todo mientras el no suelta prenda

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