sábado, 21 de noviembre de 2015

¿SE QUIERE Y NO SE PUEDE O SE PUEDE Y NO SE QUIERE? (Página nº 3350)

Vuelvo al problema del absentismo escolar y siempre con la punzante sospecha de que, desde todos lados, no se hace lo suficiente porque no existe un compromiso real para resolverse. Y sí, de todos lados llegan buenos propósitos e intenciones, nadie niega en público el problema y aún menos que se inhiban, pero la realidad sigue siendo la que es, un grandioso problema irresoluto sin trazas de resolverse alguna vez.

Las familias, los centros educativos, las diversas administraciones, son parte de la solución y también del problema, y quizá hay radique la cuestión para entender lo que sucede.

Por un lado es evidente que la responsabilidad primaria es de las familias. La educación es un derecho, sí, pero también una obligación marcada por la ley hasta los dieciséis años. Los recursos, no solo económicos, dedicados a ella suman cientos de miles de millones de euros y el cumplimiento de la ley es un concepto que obliga a todo ciudadano. Los padres deberían saber a qué se exponen cuando la incumplen pero, cómo no, suelen encontrarse la laxitud habitual, ese margen preciso como para que ni se intimiden ni esfuercen y el tiempo transcurra sin ningún tipo de problema y aún más cuando la normativa ofrece todo el crédito a los padres para justificar las ausencias sin necesidad de mediar comprobación independiente, de modo que puedes llamar a casa del alumno para preguntar por las reiteradas faltas y escuchar a los padres decirte que está con un fuerte esquince y a reposo, aunque al salir de clase veas a ese alumno paseando felizmente con la bici. Y pillados, los familiares recurren a que no pueden con ellos.

Tampoco los centros, y lo hago desde la generalización, como en el tema de las familias absentistas, hacen todo lo que pueden. Es fácil recurrir a echar la culpa exclusiva a los padres, insistir en que las medidas tomadas no sirven para nada y solo hacen perder el tiempo, o hasta pensar para los adentros que las clases están mejor sin esos alumnos que habitualmente ni siguen los ritmos de clase ni tienen un buen comportamiento, pero hacia afuera se muestra preocupación, se participa en todo foro o comisión de absentismo, como dando a entender que se hace cuanto se puede. Pero se puede más.

Lo mismo digo de las administraciones. Tienen los instrumentos legales, tienen parte de los medios, pero se sienten desbordados antes de haber agotado las medidas. Eso si, de paso, no termina en un zancadilleo entre ellas que lleva al desánimo y la frustración. Así, por ejemplo, las comisiones locales de absentismo, los propios centros educativos que son también administración, los ayuntamientos que reconocen el problema, son capaces de completar los protocolos de actuación y darse de bruces con las fiscalías de menores que suelen resolver tarde y en contra la mayor parte de esas denuncias de absentismo devaluando el grave problema para convertirlo en la nada.

Todos hacen algo, puede que mucho, pero nada que sea suficiente porque el problema sigue ahí, enquistado, y va más lejos de la simple estadística cuando desde cada centro, cada comisión de absentismo escolar, conocemos los casos concretos y a los chavales y familias implicados. No existe un compromiso global serio, no existe la debida coordinación, no existe idéntico criterio, y con tales mimbres no existe solución eficaz.

El absentismo escolar en España, aunque sea aparentemente marginal, tiene todos los recovecos favorables para verse favorecido pues deja pasar años antes de una posible solución que, cuando llega, a veces, hasta los alumnos implicados ya superaron la edad que les obligaba a dicha escolarización y asistencia.

Me disgusta decirlo, pero este es otro pliegue más de este país de traca que aparenta más que es y que nunca aborda los problemas con seriedad, compromiso y convicción.


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viernes, 20 de noviembre de 2015

UNA ESTUPIDEZ ES UNA ESTUPIDEZ AUNQUE LO DIGA EL SECRETARIO GENERAL DE LA CONFEDERACIÓN EPISCOPAL (Página nº 3349)




Es una estupidez poner al mismo nivel el laicismo que el fundamentalismo pero el secretario general de la Confederación Episcopal española no ha tenido rubor en equiparar ambas cosas diciendo, ni más ni menos, que laicismo y fundamentalismo son los dos grandes peligros para la paz mundial.

Si el fundamentalismo lo justifica diciendo que es una exacerbación del sentido religioso que incluso trata de imponerlos por la fuerza a los demás guiados por intereses humanos que llevan a la violencia, y no tengo por qué poner en duda que eso sea así, esperaba que al poner el laicismo como el otro gran mal para la paz mundial le dotaría de perversas intenciones de semejante gravedad. Pero no, resulta que nos dice que "uno de los dos grandes peligros para la paz está en el laicismo" porque "el laicismo quiere excluir el hecho religioso de la vida social y pública como si no existiera y reducirlo al ámbito de lo privado.  " ¡Qué gravedad!¡Y qué mentira!, porque todavía desconozco que los movimientos laicistas pretendan eliminar la religión de la vida social y a todo lo más que llegan es a que sí sea excluida del ámbito público administrativo, un concepto quizá muy viciado en nuestro país porque durante décadas campó a sus anchas. Y además parece otorgar a dicho laicismo una carencia de valores como si solo las religiones pudieran transmitirlos e ignorando que la consideración de laicismo lo único que persigue es la independencia del hombre, de la sociedad y del Estado de toda influencia religiosa y por tanto persigue la libertad de conciencia, sometida a la ley, entendiendo que frente a la religión cada persona es libre de asumir la que quiera pero solo compromete a quienes creen, igual que quienes no creen en ninguna religión optan por algo que solo les compromete a ellos, y eso nos lleva, por lógica, al ámbito personal y privado. Pero eso no significa que no existan las religiones, que no tengan espacio, pero exclusivamente para quienes lo elijan.

Puede que el laicismo represente un peligro para la posición de dominio de la Iglesia Católica en nuestro país, aunque reconozcan que hay más proselitismo desde la Iglesia Católica que desde los movimientos laicistas españoles a los que ni sabríamos poner nombres, pero no representa, ni de lejos, peligro para la paz mundial ni puede ser igualada, como pretende, con un fundamentalismo perfectamente condenable desde el sentido común.

Lo dicho, José María Gil Tamayo, secretario general de la Confederación Episcopal ha soltado una estupidez, ¡eso es así!


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OTRO VÍDEO SOBRE LAS TABLAS EMITIDO AYER EN LA 1 DE RTVE (Página nº 3348)

Para los curiosos y los amantes de Las Tablas, un nuevo vídeo emitido ayer en el programa "Aquí la Tierra":




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jueves, 19 de noviembre de 2015

HOY ES EL DÍA INTERNACIONAL DEL HOMBRE...(Página nº 3347)

...pero lo cierto es que ha tenido mayor repercusión que también es el Día Mundial del Retrete, y yo no sé como tomarlo.

Mientras el primero se celebra desde 1999 el segundo es un "advenedizo" recién llegado en 2013, aunque apadrinado, eso sí, por la ONU. Pero en lo que sí coinciden es que les mueven, en general, motivos loables en ambos casos.

Así, mientras el Día Internacional del Hombre busca la promoción de modelos positivos de masculinidad, focalizar la importancia de la salud y bienestar de los varones, promover la igualdad de género y poner de relieve el desarrollo de actividades que la mentalidad machista delegaba en las mujeres, el Día Mundial del Retrete hace hincapié en la importancia de la higiene y el saneamiento para mejorar la vida de las personas evitando riesgos para la salud, buscando un trato más aséptico de los residuos y fomentando la privacidad personal. 

Sinceramente, desconocía que había un Día Internacional del Hombre, y debe ser general porque nadie me ha felicitado. En cuanto al Día Mundial del Retrete sí que supe de él hace un año. Pero lo que no acabo de ver es el motivo de la coincidencia en la fecha y solo se me ocurre el del chiste del genio de la lámpara y el negro que le encontró mientras caminaba por el desierto. Ya saben, pidió ser blanco, tener mucha agua y ver muchos culos y el genio, presuroso, lo convirtió en retrete. Pero va a ser que no se tomó como razón para la coincidencia.

Bueno, pero como para celebrar este Día Mundial del retrete se pide escribir canciones sobre el retrete, fomentar exposiciones, dibujar caricaturas, etc... yo haré un sonetillo con estrambote que integre retrete y hombre para la ocasión:


El retrete es un sillón
que al hombre poco convence,
mas fuerza mayor si vence
y hace sentarse al varón

que toma de él posesión
para que raudo comience, 
por mucho que le avergüence
imaginar tal visión

y allí, sentado en el trono, 
en un acto tan humano,
da igual peón que patrono,

vasallo que ser señor,
ser judío o ser cristiano,
demócrata o dictador

Que el retrete nos iguala
y el hombre solo hombre es
de la cabeza a los pies
desnudo ya de su gala.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

HUELGAS (Páginas nº 3346)

Muchos de los que critican las huelgas no se han parado a pensar que son un derecho y, tampoco, por qué han llegado a serlo.

Muchos de los que abanderan las huelgas no se han parado a pensar que existe el derecho a poder trabajar cuando no se quieren secundar.

Muchos de los que no van a las huelgas no se han parado a pensar que quienes lo hacen están sacrificando salario, viendo amenazado su trabajo a cuenta de posibles decisiones de la empresa posteriores, señalándose, para poder conseguir una serie de reivindicaciones que mejoren las condiciones de todos, incluidos los que nunca arriesgan ni pierden pero corren a primería para reclamar lo conseguido.

Siempre he creído que la huelga es un último recurso, que cabe siempre la opción anterior de negociar y que, en ese caso, solo se trataría de plantear cada parte una serie de mínimos guiados por el sentido común. Pero no nos engañemos, en la mayoría de casos se han agotado demasiado pronto los recursos negociadores intentado forzar, desde cada lado, un pulso final que solo perjudica a todos. Llegar a una huelga, por tanto, es una especie de fracaso negociador pero un escenario demasiado frecuente pero, muchas veces, totalmente legítimo.

Después sucederá lo que suceda, dependerá de la posición de fuerza más fuerte o débil de cada parte. Pero yo, que he participado en varias huelgas en los treinta cursos que llevo trabajando, tengo una cosa clara. Cuando no se ha conseguido nada nos han tomado por tontos, cuando hemos alcanzado acuerdos ventajosos tras una huelga jamás he escuchado una palabra de gratitud por parte de los que no secundaron la huelga aunque se beneficiaran en la misma medida que yo de lo logrado.

La vida es así, pocas cosas llegan a conseguirse porque sí, sin pelearlo, sin ganárselo a veces con sacrificios.
Pero, de la misma forma, siempre hay esa opción parasitaria que se aprovecha del esfuerzo del resto y que justifican de mil maneras creativas por qué jamás se mojan. Yo siempre estaré con los que arriesgan y pelean, con los que reivindican y dan la cara.

Estos días los trabajadores de Vestas realizan jornadas de huelga. Desde aquí mi apoyo, mi deseo de que el sentido común se imponga para mejorar las condiciones laborales (seguridad en el trabajo, sueldo, estabilidad laboral...) por las que se mueven. Los parásitos creo que también albergan ese mismo deseo, pero desde la barrera.


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martes, 17 de noviembre de 2015

A PROPÓSITO DE LA VISITA TEATRALIZADA A LAS TABLAS DE DAIMIEL (Página nº 3345)



A pesar de que ya van cuatro ediciones y he participado activamente en algunas de las propuestas programadas en estos cuatro años, ya fueran ponencias, cenas tematizadas o tapeo brujeril, este año era el primero en el que iba a poder disfrutar de la visita teatralizada al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y por tanto llegaba al pasado viernes con enorme expectación.

El mío era el segundo de los turnos, el de las ocho y media de la noche, y por eso allí estaba casi una media hora antes, bien pertrechado contra el frío húmedo con el que nos recibía el humedal, aunque sin viento.

Ninguna de las personas de mi grupo habían asistido antes, por lo que pude entender en el tiempo previo de conversación ni teníamos información previa del contenido de esa visita teatralizada, lo cual evitaba,de paso, que ninguna garganta profunda nos fuera arruinando la sorpresa.

Después, guiados por Carmen, iniciamos el camino por las pasarelas, atravesando las islas, bajo las escasas luces de pequeñas linternas. Yo, que caminada al principio del primero de los grupos, miré hacia atrás y aquella hilera murmuradora marcada por los haces de luz me recordó, vagamente, una "santa compaña" adentrada entre el carrizal. Pero lo verdaderamente maravilloso, lo que ya había hecho merecer de sobra la visita, aún antes de que los distintos personajes aparecieran entre las sombras, fue ese cielo despejado e inmenso con un espectáculo de estrellas que la noche dejaba ver en todo su esplendor.

Ya metidos en el bosque de tarayes, con los sonidos de la noche exacerbando los oídos, asistimos a los diferentes episodios teatralizados que no desvelaré. A mí particularmente me gustaron, aunque pensé que habría una cierta unidad de conjunto. Algunas de las personas allí presentes, al terminar, no se mostraron tan satisfechos, echaron en falta no solo esa cierta unidad de conjunto sino que no fueran precisamente las brujas, dado el evento general protagonista del fin de semana, quienes tomaran el peso de la teatralización. Hoy, incluso, escuchaba en Radio Daimiel que se aludía al comentario de algún participante que había visto insuficiente o poco conseguido ese espectáculo para sacar partido de un espacio como Las Tablas.

Lo que sí digo es que, lo comparto en algo, quizá habría que trabajar un poco más esa teatralización, sacarle un poco más de partido, atendiendo a los comentarios del grupo en el que estuve presente y que si sirve de termómetro de satisfacción quedó algo decepcionado. O acaso fue casual, no lo sé, que allí estuvieran parte de los insatisfechos, siendo yo de los menos críticos.

Desde luego, al terminar, tuve claro que volvería el año próximo, que ese cielo despejado, esa estrella fugaz impresionante que pude ver desde el observatorio, que ese silencio perturbado por los sonidos de la naturaleza y el trabajo de los guías y actores merecían volver, y que siendo esa visita uno de los grandes atractivos de Daimiel, Pueblo de Brujas, para muchos participantes, sobre todos los novatos, sería bueno trabajar la forma de redondear la actividad, introducir variaciones en los temas y conseguir que la satisfacción general sea aún mejor.


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lunes, 16 de noviembre de 2015

EL ALGODÓN NO ENGAÑA (Página nº 3344)

Recordemos al mayordomo del anuncio pasando la prueba del algodón tras haber limpiado una zona con un producto de limpieza:

-¡El algodón no engaña!

Y mostraba la superficie manchada para demostrar que aquel producto no había sido capaz de limpiar adecuadamente antes de usar Tenn y pasar la misma prueba mostrando el algodón intacto.



Desde entonces la frasecita pasó al repertorio popular aplicando la cuestión a otros muchos aspectos, y por eso yo he recurrido a ella como título de esta entrada.

Y es que los semáforos colocados hace pocos meses en las calles Dehesa y Misionero Eusebio Ortega Torres llevan al menos cinco días con las luces en ambar parpadeantes y dicha circunstancia se he revelado como la prueba del algodón de que tales semáforos eran innecesarios mientras los coches no se detuvieran o aparcasen junto a las aceras cercanas a las esquinas de la intersección. Mientras no existen esas infracciones de quienes paran allí la fluidez del tráfico es normal y no encuentra problema alguno para respetar la circulación, favorecer los giros o permitir el paso de los peatones por el paso situado allí.

Pero es que el problema de los que aparcan mal, de los que detienen sus coches para comprar tabaco o cualquier otra cosa, tampoco era resuelto por esos semáforos, con lo cual es evidente que toda la obra realizada y la instalación de dichos semáforos no era imprescindible y que el problema real radicaba en impedir, con vigilancia y sanciones, que se efectuaran dichas detenciones en esas zonas, tal como demuestra la prueba del algodón, y así, si se dice esa otra frase de matar moscas a cañonazos aquí hemos resuelto un problema sencillo a billetazos, con un gasto desproporcionado a la solución del problema.

Y es que en estos días, pasando por allí, y salvo en una ocasión con algún infractor, la circulación no ha tenido problema de ningún tipo.

Es la prueba del algodón...¡que no engaña!


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domingo, 15 de noviembre de 2015

"MARCA ESPAÑA: LAS TABLAS DE DAIMIEL" (Página nº 3343)

Aquí os dejo el audio del programa "Marca España" de Radio Exterior de España  y que se emitió el pasado martes, 10 de noviembre, dedicado al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel:


Tiene una duración de 16 minutos y 34 segundos y aunque nos cuenta algo que ya conocemos es interesante escuchar este acercamiento a nuestro humedal dirigido a los oyentes habituales o eventuales de las emisiones de Radio Exterior.

Y este otro mini-reportaje de algo más de tres minutos por la "Venecia Manchega" que se emitió el jueves, 12 de noviembre, dentro del programa "Aquí la Tierra", aunque con truco porque algunas secuencias con aves diría que corresponde a Navaseca, y es que estos dos o tres últimos años resulta más complicado ver aves dentro del Parque Nacional por algunos episodios de contaminación a veces ocultados y otras negados:



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SIEMPRE HAY ALGUIEN (Página nº 3342)


Normalmente pensamos que todo está bajo control, que hemos desarrollado una autonomía personal suficiente, casi sin hipotecas, que nos permite desenvolvernos con cierta solvencia en la vida. Sin embargo, es cierto, vamos trazando una serie de hilos sentimentales, emotivos, afectivos que terminarán por salvarnos cuando, y es demasiado fácil, algo suceda en nuestras vidas que nos descubre indefensos, vulnerables, necesitados de apoyo, de que nos echen una mano, de que estén ahí incluso para cualquier menudencia aparente pero que, en determinadas situaciones, resultan poco menos que imprescindibles. Y entonces siempre hay alguien, con suerte varios, que siempre están ahí, que se ofrecen, que no escatiman su ayuda en lo que hace falta. Nos desprendemos de esa estúpida arrogancia para percatarnos que una enfermedad, un accidente, un problema, nos coloca en una posición débil, inerme, frágil que nos revela que no hay tal solvencia pero nos descubre que a nuestro alrededor hay casi siempre algunas personas que de inmediato parecen hacerse cargo de la situación y dan un paso al frente.

Posiblemente la soledad sea eso, no encontrar nadie en tu entorno cuando terminas por necesitarlos, no hallar un mínimo resquicio que ayude a afrontar esa situación que te ha ido desarmando.

Cualquier incidencia, por aparentemente leve que sea, y ya no digo si ésta puede catalogarse de mayor gravedad, te enfrenta al conocimiento de tu verdadera vida, de lo que tienes y lo que te rodea, de las personas sobre las que has ido construyendo relaciones de forma casi siempre intuitiva, y que van desde la familia a los contados amigos de verdad, pasando por aquellos otros accidentales, compañeros de trabajo, vecinos, con quienes compartimos aficiones, gustos, etc... Y lo haces porque en posición débil descubres más la relevancia que tienen en tu día a día, lo que terminas por importarles y el peso que todo lo vivido han ido marcando unos lazos intangibles pero muchas veces extremadamente fortalecidos.

Y siempre alcanzas a discernir, entre todos, a aquellos que siempre están ahí, que incondicionalmente quedan a tu lado, que no te perdonarían que dudases de su compromiso hacia ti si creyeras que les estás molestando por aceptar su apoyo, su ayuda, porque solo les mueve el afecto.

Tengo suerte, la verdad, yo he descubierto que tengo personas así muy cerca. Espero siempre poder corresponderles cuando, ojalá nunca suceda, miren a su alrededor. Quiero que puedan encontrarme allí, para lo que haga falta.


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