sábado, 14 de noviembre de 2015

HOY... (Página nº 3341)



Hoy hemos dado un paso más hacia el odio, un paso más hacia la intolerancia y la xenofobia, hoy se nos ha enquistado la rabia en el corazón y solo deseamos justicia, castigo para los culpables, dureza contra los criminales y quienes los financias, promueven o toleran, algo razonable, pero sin casi evitar extender la sospecha a todos porque ante el miedo ya no acertamos a distinguir la ignominia de algunos de la inocencia de muchos y tendemos a la tabla rasa.

A mí también me pide la sangre justicia, castigo, dureza, incluso venganza, porque si nadie merece ser asesinado al menos nos consuela saber que quienes mataron deben pagar por sus actos. Pero me da miedo que en esa furia elijamos una bandera, una religión, una etnia, como centro de nuestro odio, como si compartir nacionalidad, religión o raza con los asesinos obligara a cargar con una parte alicuota de la culpa de sus crímenes y nos dejáramos arrastrar por la indiscriminación de responsabilidades.

No se engañen, aquí no hay una posición progre ni buenista, solo la imposición del sentido común como filtro. Frente a los asesinos y sus cómplices toda la dureza de la ley, toda la unión de los países para afrontar este reto contra el terrorismo salvaje, pero sin caer en el engaño de creer que tras cada musulmán hay un asesino o alguien que en el fondo está de acuerdo y se alegra con la acción de esos criminales, porque si no, entonces, estaremos engordando el problema y sumando odios a esa carnicería injustificable.

Y sin embargo, ya ven, pasamos por alto a los verdaderos responsables, países como Arabia Saudí que financian el terror, que lo arma. O países que se echan las manos a la cabeza pero que mueven el rabito con la propia Arabia Saudí y otros países de la zona a cuenta de los intereses económicos y geoestratégicos, O quienes, por interés, falta de control, dejación, permiten que lleguen armas de todo tipo a los grupos terroristas porque el negocio es el negocio y ese prospera siempre entre la miseria humana.

Es cierto, fijamos la vista en los ejecutores, trasladamos la sospecha a los de su raza, religión, procedencia y cultura, pero olvidamos que la partida se juega también a niveles más altos, a veces entre los que salen a dar ruedas de prensa lamentando y condenando los atentados, porque desde sus puestos de poder y con la capacidad real que tienen de control de la información podrían hacer mucho más para reducir los efectos de esta locura yihadista y no lo hacen. Y los asesinados son siempre gente normal, sencilla, inocente, que ignora que las armas puestas en las manos de sus asesinos también tienen la huella de quienes les gobiernan y atienden a intereses que se nos escapan y que, siempre, siempre, quedan fuera del odio, el deseo de venganza y de justicia, porque ya han procurado borrar muy bien el rastro de su cómplice actividad.

Hoy, desgraciadamente, hemos dado un paso más hacia el odio, la intolerancia, la xenofobia, porque necesitamos desahogar la rabia contenida aunque sea indiscriminadamente, pero eso ni nos devolverá a los muertos ni castigará a los culpables, más bien nos envilecerá un poco más como seres humanos mientras algunos de los inductores, directos o indirectos, quedarán impunes y a salvo de la sospecha.



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viernes, 13 de noviembre de 2015

NO TODO VA A SER FOLLAR-2 (Página nº 3340)

Me vais a disculpar el título recogiendo aquella canción del inefable e inimitable Javier Krahe que ya utilicé en Diario Improbable, de ahí el 2. Esta vez nada tiene que ver con el celebrado cantautor que se nos fue sino como referencia a que, en un fin de semana consagrado al ocio como es la celebración de "Daimiel, Pueblo de Brujas" también convivirá una actividad solidaria que nos vuelve la vista a un territorio, pero sobre todo a unas gentes, que viven una situación terrible desde hace décadas. Me refiero al pueblo saharaui.

No es que el devenir colonialista español por aquellas tierras fuera ejemplar, ni mucho menos, pero lo que podría haber sido el nacimiento de una nación independiente terminó por convertirse en otra ocupación territorial que aún hacía peor el futuro de unas gentes que, desde entonces, han venido sufriendo el aislamiento y la persecución, pero sobre todo la incomprensión más absoluta a nivel internacional. Y no es que se ignore su situación, pues si eso fuera así hasta podríamos hacer algo más entendible, aunque igualmente condenable, el posicionamiento internacional hacia el pueblo saharaui. No, no es la ignorancia de la situación sino, mucho peor, el plegamiento a los intereses geoestratégicos y económicos de potencias como Francia y EEUU que han convertido a Marruecos en un aliado perfectamente mimado y que ha terminado por relegar cualquier posibilidad de justicia con el pueblo saharaui. De nuevo las personas terminan sufriendo el desprecio a su situación, absolutatamente conocido, en virtud de unos intereses que comparativamente son despreciables.

Mientras tanto, como sucedíó hace unas semanas, hasta la naturaleza se ceba con inundaciones que en otro ámbito, en otro lugar, habrían sido fuertemente publicitadas, No digo ya comparadas con las inundaciones de hace unos días en las zonas costeras españolas, que por aquello de la territorialidad propia puedan interesar y conmovernos más, sino con las ocurridas en la zona de París, o en cualquiera de los huracanes de la costa este norteamericana. Es evidente que las dimensiones de lo acontecido en el Sahel (y en otros países africanos igualmente ignorados), asolado por las inundaciones, apenas han tenido repercusión ni cobertura informativa y si nos ha llegado más ha sido por la mucha gente comprometida con esas gentes a través del asociacionismo, la labor solidaria y el trabajo cercano a esa realidad. Es triste pero el silencio informativo, apenas un eco para lo dedicado a situaciones similares, condena al pueblo saharaui a la consideración de ciudadanos de cuarta categoría, redoblando el escarnio y abandono al que se ven sometidos ya tantos años.

Por eso conviene no despistarse con el disfrute del ocio que nos ofrece la enorme iniciativa local del fin de semana brujeril porque no todo va a ser follar, porque también hay que volver los ojos a esta otra iniciativa que viene actuando en estos días pero que tiene su actividad informativa y sensibilizadora principal estos próximos días en la Plaza de España. Y es que ya no es un tema de deuda con ellos, es una cuestión básica de humanidad y de sentido solidario con personas que lo están pasando realmente mal y a quienes todos parecen dar la espalda en la comunidad internacional.

Espero y deseo que Daimiel esté ahí, a la altura de las circunstancias de una localidad amiga de la infancia (muchos de los que sufren son niños) y ciudad acogedora durante los meses de estío de chavales que ahora conviven con esa tragedia acentuada por la meteorología que castigaba, tras una gran sequía, con las mencionadas inundaciones.



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DIFERENCIAS (Página nº 3339)

Pasados ya unos cuantos plenos queda en evidencia algunas diferencias con la anterior legislatura:

La primera, que nos hemos acostumbrado a la concejal ausente de Izquierda Unida-Ganemos, creo que por motivos laborales, algo inédito desde que tengo memoria porque, incluso, creo que hay regulación sobre este tema para la asistencia a estas sesiones por parte de los trabajadores que ostentan cargo público representativo, aunque lo mismo me estoy columpiando. Y aunque asistir a los plenos no es la exclusiva tarea de los concejales su ausencia reiterada tampoco es un buen modelo representativo.

La segunda, que la bancada socialista todavía no reacciona, nada que ver con el oficio y desenvoltura de su anterior portavoz, y la timidez termina casi siempre en revolcón.

La tercera, la aparición del concejal "sedante", Jesús David, que parece haber traído a los plenos el sosiego, la falta de acritud y el relajo que siempre faltó en los años anteriores. Y digo "sedante" porque parece el máximo responsable de que la tensión se haya relajado y la fiereza felina haya pasado a poco menos que amagos de gato. Además, me dicen, que con él puede hablarse, debatir, que no escatima la información a los grupos y no deja perder las formas.

La cuarta es que el Grupo Municipal Popular da mayor sensación de equipo, de unidad, no sé si porque era fácil mejorar esa cuestión frente a lo mostrado en la anterior legislatura o porque, al estar al principio de la misma, con nuevas caras, la ilusión y las ganas lubrican esa complicidad entre ellos.

La quinta, y me parece cada vez más patente, es la incomodidad y hartazgo de Leopoldo. No lo disimula, esta prorroga forzada al frente del Ayuntamiento se le nota a la legua, esta concesión de volverse a presentar a pesar de que el cuerpo le pedía volver a su buen oficio y retirarse de la escena política, quizá en base a las presiones para hacerlo y mantener la plaza bajo mandato del Partido Popular, deja palpable que aunque vaya a seguir trabajando con el mismo empeño por su pueblo ya no le hace sentirse cómodo y cada vez hay mayor asomo de ese disgusto, de ese fastidio, de cansancio y enojo que le producen el desempeño y que apenas da en disimular.

Puede que haya más diferencias, pero al menos esas son las que yo he podido apreciar en estos primeros meses de la nueva legislatura en relación con la finalizada. Y ahí lo dejo.


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jueves, 12 de noviembre de 2015

SEÑOR ALCALDE, TENGO UNA PREGUNTA PARA USTED (Página nº 3338)



Hoy, en clase, terminaban de proponer preguntas para el Alcalde de Daimiel los alumnos que participarán en el Pleno Infantil del próximo 19 de noviembre. Normalmente no participo en esta actividad aunque hoy, mis compañeros, me hacían partícipe de algunas de las preguntas formuladas por los chavales con el fin de seleccionar una o dos para que pueda ser interrogado el primer edil sobre alguna de las cuestiones, y la verdad es que, aunque algunas eran bastante pueriles, me ha sorprendido gratamente bastantes otras que, lamentablemente, quedarán en el tintero ante la limitación establecida para dar agilidad a la actividad.

Pero traigo el tema aquí no por las buenas preguntas que quedarán en el limbo, salvo que otros colegios las lleven en sus intervenciones, sino porque el conjunto de dichas preguntas nos muestras chavales atentos a lo que sucede en Daimiel, que observan y entienden los problemas de nuestra localidad, que saben focalizar los intereses generales y hasta proponer iniciativas y temas que echan en falta.

A veces los vemos demasiado niños, con esos diez, once años que son escaso bagaje vital, pero está claro que observan, escuchan, piensan antes de confeccionar esas preguntas que no pondrán en demasiado compromiso a Leopoldo pero que, sin dejar de ser amables, señalan asuntos a considerar y que no solo les conciernen a ellos como niños sino que trascienden ese mero interés infantil ombligista que a veces les atribuimos.

Los niños también quieren un Daimiel mejor, se verá en las preguntas formuladas pero está también en todas aquellas que por tiempo y espacio quedarán sin formular. Tras el tiempo de preguntas llegará el de respuestas, y esperemos que el Alcalde sea explícito, didáctico y hasta se explaye más allá de lo obvio y lo sucinto a modo de cumplir expediente. El Pleno Infantil es un buen foro iniciático de participación ciudadana y ya sabemos que de eso por aquí no abunda.


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miércoles, 11 de noviembre de 2015

TENGO UN PROBLEMA (Página nº 3337)

Tengo un problema y no sé a quién acudir, si al psicólogo, el psiquiatra o al neurólogo, pero es que me he descubierto hablando catalán en la intimidad y encima ni lo entiendo. Todo comenzó siguiendo la actualidad, era poner la tele y empezar a escuchar esa lengua, como si no hubiera otra cosa en el mundo de la actualidad ni otros idiomas distinguibles. Al principio, incluso, pensaba que era una cosa mía, miraba a mi alrededor y veía gente absorta frente a la pantalla que yo ya sabía que no hablaban ni entendían el catalán. Eso me hacía pensar que ellos escuchaban todo en castellano y era yo, por no sé qué inducción mental ni delirio inclasificable quien convertía cada declaración a esa lengua latina entregada al secesionismo.

Pero no, después descubrí que no, que no era cosa mía ni fruto de mi mente confundida, porque esas mismas personas, justo después, comentaban entre ellos que andaban hartos de leer subtítulos en cada informativo y que se les juntaban las letras hasta perderse en el marasmo discursivo de los políticos intervinientes en esa lengua del demonio que no podían entender.

Luego fue peor, empecé a incorporar a mi conversación palabras siempre ajenas. Metía un procés, una estelada, o términos como esclavitut, sobiranisme, agressió, construcció nacional, espoli, dret a decidir, joc brut, fat diferencial, singularitat, botifler, alliberent nacional, catalá de debó, forces d'ocupació, fatxerío... de forma espontánea y aleatoria, en un discurso sin pies ni cabeza que me era incomprensible incluso a mí pero que, sobre todo, hacía que quienes llegaban a escucharme me dieran la espalda y mascullasen algún insulto nada edificante, lo que poco a poco me fue recluyendo en casa, aislándome ante el rechazo.

Creía que allí, encerrado, apagada la radio y la televisión, podría escapar del horror pero por las noches era peor, tenía pesadillas de las que me despertaba agitado y gritando y con los ojos interrogadores de mi esposa que no sabía qué narices estaba clamando ni cuál era el fruto de mi tormento. Fue así que decidí grabarme y descubrirme víctima de un sueño turbado, convulso, desquiciado mientras, a gritos, largaba por mi boca un discurso estremecedor en las formas pero incomprensible en el contenido, aunque confieso que familiar. Tanto que tras muchos visionados pude descubrir que era parte de la alocución de Artur Mas pidiendo el respaldo para ser proclamado President de la República Catalana.

Tengo un problema, y aún no sé si debo acudir al psicólogo, al psiquiatra o al neurólogo, o seguir el diagnóstico del único amigo que se atreve aún a visitarme: a ti lo que te pasa es que estás hasta los cojones de Cataluña y su proceso de desconexión.

No sé yo, pero para mí que mi amigo Paco tiene toda la razón del mundo.



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martes, 10 de noviembre de 2015

AQUÍ SOLO SE ESCONDE UN AFÁN RECAUDATORIO (Página nº 3336)

Se pongan como se pongan esta ocurrencia de pedir a los profesores interinos un certificado de antecedentes penales o carencia de los mismos no deja de ser una manera más de afán recaudatorio, del estilo del que se nos pedía a nosotros, cuando éramos interinos, en los que se nos exigía un certificado médico de no padecer ningún tipo de enfermedad infecto-contagiosa. Ibas a comprar el impreso en cuestión, ya costoso hace treinta años, y el médico, cualquiera al que fueras, te preguntaba si tenías alguna enfermedad que declarar y rubricaba la certificación sin más prueba que el testimonio del solicitante. Pero, claro, se hacía caja.

Era curioso, se le exigía a los interinos pero no a los funcionarios, como si su condición funcionarial les eximiese de poder tener dichas enfermedades. Tampoco se les exigía a los alumnos porque, al parecer, quien ponía en riesgo a los demás era ese perverso interino que a saber de dónde salía y qué cosas había hecho.

Ahora hay algo más de lo mismo. El certificado de antecedentes penales o su carencia sale a 3'70 la tirada para el interino, y eso cada curso en tal situación, y se pide para comprobar que entre los delitos que puedas haber acumulado no aparece ninguno relacionado con una condena firme contra la libertad y la identidad sexual, especialmente la pederastia.

No es que esté yo en contra de que se tomen medidas para evitar que personas condenadas por tan repugnantes delitos accedan a puestos de trabajo con menores, lo que digo es que es tan sencillo como cruzar datos las propias administraciones, ya que posee los de esos profesores que aspiran a interinidades y existe un Registro Central de Penados, gestionado por el Ministerio de Justicia, y ya hace tiempo que se inventaron las aplicaciones informáticas para entresacar, en segundos, las coincidencias y no convertir esto en un nuevo sacadineros recaudatorio que además resulta humillante para la casi absoluta mayoría de aspirantes que nada tienen que ver con tales delitos.


Por cierto, ¿les pedirán a los políticos una certificación semejante sobre sus antecedentes penales? ¿o acaso para desempeñar dichos cargos no importan los delitos previamente cometidos, incluidos los de cariz sexual?

La verdad es que la estupidez es agotadora para el sentido común, y el afán recaudatorio insultante para la gente que solo pretenden trabajar.

Si la administración tiene todos los datos empiecen a cruzarlos, determinen quienes no son aptos para trabajar con menores por que presenten antecedentes de ese tipo, sáquenlos de la lista y dejen de dar por saco a la gente honesta y de hurgarles una vez más en los bolsillos con la enésima excusa. Se puede hacer mejor, más rápido, ágil y eficaz sin cobrar nada. Hay medios informáticos y funcionarios para desempeñar esta tarea de cruce de datos y lo otro es solo el ansia viva del sacacuartos político, del tipo del que lo mismo se apodera del Sol o aspira a cobrarnos por respirar.

¡Vaya jarca!


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SONETILLO GORRONEADOR O DE LA PRESIDENTA QUE (PRESUNTAMENTE) CARGABA LA LUZ DE SU CASA A LAS ARCAS REGIONALES (Página nº 3335)

En 2006 Esperanza Aguirre decía lo siguiente: "No tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!" Esto aparecía en una biografía autorizada que escribió Victoria Drake cuando ya, según informa la web Vozpopuli en varías noticias, la luz del palacete que sirve de vivienda particular a Esperanza Aguirre era facturada a la Comunidad de Madrid. Ella viene a decir ahora que eso correspondía a la garita allí instalada pero nadie se cree que los 6,6 kilovatios contratados y los doscientos euros de gasto mensual puedan corresponder a esa mínima instalación ni presos de buena fe ni fuertemente borrachos.

La propia Comunidad de Madrid, desde Presidencia, han admitido esos pagos y las cantidades adeudadas desde que en 2012 cortaron el grifo, aunque la empresa proveedora siga queriendo facturar a la administración regional.

La verdad es que, aunque no ando yo muy lírico últimamente, me haya apetecido recuperar los versillos para la ocasión y parir este sonetillo con doble estrambote narrando la circunstancia:

Ya nos lo dijo Esperanza, 
que era pobre de pedir, 
que no da para vivir 
su sueldo, pues ni le alcanza.

Que es tan corta su cobranza, 
tan modesto su existir,
que para sobrevivir,
para aliviar su finanza,

cargo a la Comunidad
la luz de su palacete,
¡bendita casualidad!,

que así pagaba la cuenta
sin poner ella un billete,
¡Para eso soy Presidenta!


Mas cuando el cargo abandona, 
sigue sin pagar su luz
y esconde como avestruz
la cabeza, remolona.

¡Vaya jeta, campeona!,
¡tan altiva la testuz
y se denota al trasluz
lo que asoma de gorrona!


Enlaces:


http://vozpopuli.com/actualidad/71100-la-comunidad-de-madrid-pago-la-factura-de-la-luz-del-domicilio-de-aguirre-mientras-fue-presidenta



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lunes, 9 de noviembre de 2015

LAS BICICLETAS SON PARA... IGNORAR LOS SEMÁFOROS (Página nº 3334)

Los ciclistas merecen el respeto de los conductores. También respetar a estos. Y sobre todo respetarse a sí mismos, empezando por dejar de ignorar los semáforos (la mayoría lo hace según lo que observo a diario), respetar las aceras para los peatones, circular no como si fueran los reyes de la calle sino posibilitando espacios para ser rebasados, dejar de llevar perros atados que hacen imprevisibles sus movimientos, no utilizar los espacios prohibidos para su circulación, dejar de circular en sentido contrario al que marca la señalización, llevar las luces cuando se hace la noche y dejan de ser fácilmente visibles...

Daimiel puede ser un lugar adecuado para quienes eligen la bicicleta en sus desplazamientos, lo único que es exigible es que sepan circular adecuadamente y cumplir la normativa vigente, y eso hay muchos, bastantes más de lo que indica la lógica, que aún no se han enterado o no quieren hacerlo. El civismo debe ir a pie pero también a dos y cuatro ruedas y en eso sigue faltando cultura cívica.

¿Qué hacer? Las normas se cumplen haciéndolas cumplir y, además, siendo conscientes de que existen los demás y que merecen un respeto. Mientras tanto seguiremos asistiendo a más de lo mismo, que las bicicletas son...para ignorar los semáforos y circular a lo "mecagüendiez".

¡Un poco de sentido común, por favor!

domingo, 8 de noviembre de 2015

"PROFUNDAMENTE RELIGIOSO" (Página nº 3333)

En ocasiones, cuando se habla de los escándalos políticos, se acompaña la reseña del personaje señalando que es alguien de profundas convicciones religiosas. Lo he leído con Jordi Pujol, con Bárcenas, con Rato, con Jaume Matas, con algunos de los implicados en casos como el del Palau de la Música, la Gürtell y otros escándalos, o con alguno de los imputados recientes de las comisiones pagadas por empresarios a Convergencia. Y me pregunto qué sentido tiene esa referencia y a cuento de qué se utiliza.

¿Acaso se pondera como un agravante?, ¿o acaso como un atenuante?

Resulta de verdad impropio meterse en esta serie de cuestiones cuando se pretende informar de una persona implicada, a veces imputada, porque son los actos los que constituyen el peso del posible delito y no sus convicciones en uno u otro sentido.

No sé que se pretende transmitir pero sí que, ya puestos, cuando alguien es procesado indicar su confesionalidad y la categoría de sus convicciones religiosas no se corresponde con lo que ocurre con quienes no las tienen. Jamás he leído acompañar la reseña diciendo que alguien, en parecidas o iguales circunstancias, tiene profundas convicciones morales o éticas, como alternativa a quienes puedan ser ateos o agnósticos.

¿Es acaso un valor? ¿damos por hecho que quienes son religiosos tienen mayor rango en sus convicciones?

Yo creo que no, que la gente íntegra, honesta, lo es exactamente igual sea su punto de partida una convicción religiosa que una convicción en valores éticos y que, por tanto ese uso periodístico sobra. Para nada pienso que imprima carácter, per sé, la pertenencia a una religión y la participación en sus ritos como negaré que haya superioridad moral en rechazar cualquier tipo de creencia. Son los actos, vuelvo a repetir, los que terminan por retratar la catadura moral y no otra cosa, y los que dejan a la vista si se compadecen comportamientos y creencias o descreimientos.

Si roban, saquean, engañan, abusan, cobran ilegalmente, mienten como bellacos, encubren, falsifican, esconden capitales, destruyen pruebas, permiten ataques indiscriminados,  etc... deberán ser juzgados por sus acciones, da igual que sean de misa y comunión diaria, que otorguen medallas a las Vírgenes, o que nunca hayan dejado espacio en su mente ni en su cabeza a sentimiento religioso alguno e incluso lo ataquen.

La profunda convicción religiosa ni es un escudo que proteja ni un estigma sobre el que atacar. Los chorizos, los sinvergüenzas, los corruptos, los delincuentes, lo son crean o no crean. ¡A ver si nos enteramos!


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CONTRA LA LÁSTIMA (Página nº 3332)

A veces hay acontecimientos que nos conmueven, que nos hacen meditar profundamente porque resulta difícil enajenarlos a nuestros sentimientos aunque hayamos vivido casi de espaldas a ello mientras no sucedía, aparentemente, nada. Pero lo cierto es que, con apenas unos días de diferencia, en Daimiel han fallecido dos niños, grandes dependientes, y si ya es una tragedia que un pequeño fallezca aún resulta más difícil sobreponerse a esta doble pérdida de unas vidas duras, complicadas desde el mismo nacimiento, por el que ellos mismos y sus familias han luchado segundo a segundo, porque no podía ser de otra manera.

Es muy complicado acercarse a esa realidad diaria. Es más, soy consciente de que ni por asomo comprendemos lo que ha sido la vida de estos niños, de sus padres y hermanos, desde el segundo uno, y eso a pesar de que cuando nació mi hija, con apenas treinta semanas de gestación, todas las sombras recayeron en mi mente y viví la incertidumbre de cualquier posibilidad. Todavía recuerdo a una monja, asistente en el nacimiento, decirme "el parto se ha dado bien pero no deben hacerse ilusiones", las largas horas pasadas frente a la puerta de la UCI neonatal o las palabras de la doctora, al recibirme, indicando que aún era demasiado pronto para saber como habría afectado un nacimiento tan precoz. Y vuelvo a ver a todos aquellos niños prematuros, algunos con situaciones que no llegaron a superar, otros con afecciones que les convirtieron en grandes dependientes, antes de saber que mi hija no tendría ningún tipo de secuela para llevar una vida normal.

A estas familias las conocía de vista y cierto es que el primer acercamiento a su situación es de lástima, quizá el peor de los acercamientos, porque ellos, estoy seguro, no querían dar lástima, lo que deseaban era ayuda en su situación, acompañamiento, sensibilidad. Sentirse arropados por los más cercanos pero también por las administraciones, que no siempre han estado a la altura de las circunstancias, que han sido en algún momento mezquinos con estas familias sin entender que los recursos no eran caprichosos sino de una necesidad extrema.

Hace unos meses, en el colegio, nos conmovió a todos el cuento de María sobre su hermano, ahora fallecido, porque nos colocó en la situación sin escapatoria, porque nos hizo comprender el peso de ese hermano en la vida familiar y entender el amor que la movía en sus palabras. Por eso ahora, cuando escucho a muchas personas hablar de que esos fallecimientos podían terminar siendo terapéuticos para las familias, a pesar de la tristeza inicial, que podían devolverles a una vida normal, yo tenía claro que no, que les devolverá tiempo, puede que vida propia, que sabrán poco a poco ir aliviando el luto en sus vidas, pero que siempre vivirán con ellos porque se han entregado tanto, han sabido quererse tanto, que la normalidad no consistirá en lo que los demás creemos.

Ahora sí, seguirán necesitando el apoyo de los más cercanos, los padres pero también los hijos que han vivido esa impresionante conexión con sus hermanos hasta hacerlos centros de sus vidas. No necesitan lástima, que es un sentimiento odioso, necesitan que se esté con ellos, que se les acompañe en esta dura travesía que ahora les llega. La pena, la tristeza, parecen naturales ante algo así a pesar de que apenas vislumbramos su alcance, pero la lástima no hace bien, no sirve, hasta causa daño.

Solo espero que la vida les devuelva dones con los que ir superando este dolor.


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