DE BANDERAS Y OTRAS COSAS (Página nº 3118)

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Anónimo11 de mayo de 2015, 0:36:00 CEST

"¿Qué te parece que el PSOE haya orillado la bandera republicana que sacaron en la primera (creo) intervención de la candidata y ahora cuelguen una bandera de España constitucional en la fachada de la Casa del Pueblo?
Quiero decir ¿Habrá sido malo el uso de aquella bandera republicana y ahora ponen la constitucional para enmendar o es simple coincidencia y nada más?"

Antes de entrar en la pregunta específica sobre las banderas y el PSOE me gustaría señalar que una de las cosas que menos me gusta de las campañas electorales habituales no es otra cosa que la impostura y la falta de naturalidad y espontaneidad. Y creo que ahí radica el mayor de los males. Se mide absolutamente tanto y se teme herir absolutamente a casi todo que los candidatos se vuelven forzados equilibristas bastante deslucidos a los que se les termina viendo las costuras casi siempre. En vez de convicción, claridad, posicionamiento claro, prefieren andar agradando a dios y al diablo y les lleva a hacer cosas que no harán el resto del tiempo y que, en muchos casos, resultan contradictorias y solo retratan a personajes que pretenden parecer lo que no son, y esto viene a valer para todos o casi todos.

El PSOE de Daimiel ha entrado en precampaña y, ahora ya, en campaña cayendo en todo esto, metiendo tripa, estirando espalda, fajando culo, tirando de hombreras, y en cuanto relaja el vestido electoral le queda colapsado por los pliegues y michelines. Quieren contentar tanto, llegar a todos, que a veces terminan dando cierta grima.

Empezó con el díptico para darse a conocer, queriendo recalcar raíces, apelando a folclores, penitentes, romerías, como queriendo asumir el etiquetaje chuchiborrego como si fuera un plus de daimieleñismo, y de ahí en adelante lo mismo marcan distancia que se significan con las hermandades y la iglesia, tiran de españolismo y rojigualda pero asomando, por si acaso, el republicanismo, van en comandita a donde jamás fueron antes y han sido proclives a meterse en casi todos los charcos. Es decir, aunque lo tengan, que no lo dudo, no asoma un discurso claro, un posicionamiento firme, y caen en el error de besar niños, regalar globitos, buscar la foto, enredarse en todos los tópicos sin definirse ante nada.

No digo que esto no pueda ser eficaz, que les dé votos, pero en mí crea desconfianza, confusión, postureo, indefinición, No terminan de dejarse conocer con ese juego de espejos y así es complicado confiar en ellos.

Las banderas, pues, son solo un síntoma.

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