jueves, 29 de enero de 2015

ADMISIÓN DE ALUMNOS, ANTES Y DESPUÉS (Página nº 2927)

Como ya se ha anunciado el próximo lunes, 2 de febrero, y hasta el 2 de marzo incluido, comienza el plazo para el proceso de admisión de nuevos alumnos de cara al curso 2015-2016. Es el momento, pues, de elegir el colegio para los niños y niñas que comienzan su escolaridad pero también para aquellos cambios de centro que las familias consideraran oportuno y por los motivos que pudieran conducirlos a esa decisión. Y también, claro, para los chicos y chicas que previsiblemente acabarán Sexto y deben elegir el centro de Secundaria en el que proseguirán sus estudios.

Pero dado que para los primeros habrá una reunión informativa el próximo miércoles, 4 de febrero, en la Casa de la Cultura, a las 11 de la mañana, y que convoca a todas las familias, y que los centros escolares también van a realizar una reunión informativa con las familias de los alumnos que pasarán a estudiar la E.S.O. a partir de septiembre, no quiero yo dedicar la entrada a dar más información del proceso. En cualquier caso con las cartas informativas enviadas, el acceso a la información den la página de la Junta y la posibilidad de cualquier interesado de acercarse a las Secretarías de colegios e institutos para recabar más datos y resolver sus dudas creo que, de momento, vale.

¿Y entonces? La verdad es que, ante el inminente inicio de este largo proceso, me he dado cuenta de cómo ha ido cambiando el procedimiento con los años y me ha dado por recordar el mío:

1968. Mi padre me coge de la mano y me lleva a una zona desconocida del pueblo para mí. Las "casas baratas", y frente al descampado que se abría al frente dos bloques aislados, gemelos, de dos plantas. Yo ya sabía que íbamos a visitar el colegio al que luego tendría que ir porque entonces el sistema, cómo ha cambiado el cuento, consistía en ir a hablar con el profesor, ver si había "hueco", supongo que rellenar lo que sería una matrícula, y salir de allí con el visto bueno o la negativa. No había más proceso. Con el sí al día siguiente acudías allí, con la cartera, y comenzaba tu vida escolar y de ese modo don Fernando se convirtió en mi primer maestro.

Por cierto, si habrán cambiado las cosas que a aquella escuela, la Motilla, hoy desaparecida, me acompañaron aquel día de la visita y al día siguiente y desde entonces ya me tocó hacer el camino de ida y vuelta por mi cuenta, aunque con un par de vecinos. Una escuela que aquel primer año no tenía cerramiento, donde combatíamos el frío invierno con una estufa de butano, y el que había compañeros repetidores con hasta cuatro años más que yo, y en el que pasé tres de años inolvidables con don Fernando, don Francisco y don Inocencio y todos los chavales que ya forman parte de aquella etapa de mi vida.

Eran otros tiempos, claro, más sencillos normativamente, menos garantistas también. Cuando pedir una plaza era eso, pedirla y al día siguiente ocupar una silla y un pupitre en aquella clase.

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3 comentarios:

  1. Joder lo tuyo es memoria,como m gustaria a mi recordar esos tiempos,envidia sana te tengo en ese aspecto,

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  2. Antes ibas con tu papa y ahora con "el papas", esó sí, versión 2.0 , algo que va en contra de la paciencia de padres y secretarios, es bestial!!

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