A menos entre 2010 y 2012, claro, si atendemos al Anuario 2013 del estado de las zonas protegidas, en el que según distintas fuentes informativas que recogen los datos se establece que la inversión estatal por hectárea en el humedal manchego ha superado los 1000 euros.
Si lo comparamos con la media, 91 por hectárea, lo cierto es que nos quedaríamos bastante sorprendidos creyendo que, como titulo, Las Tablas de Daimiel sería "la niña de sus ojos" del Estado, aunque como ya imaginan, tiene truco y aquí se cuantifican cantidades dedicadas a la adquisición de terrenos y la compra de derechos de agua para salvaguardar la integridad del parque, y aun en los siguientes años las cantidades también saldrán muy positivas a cuenta de la ampliación del propio parque y la construcción de una infraestructura en la zona de recepción de visitantes.
Sin embargo la realidad general habla de que en 2010 la inversión por hectárea era de 248 euros y que en dos años se ha reducido en casi dos terceras partes y las cifras del humedal daimieleño son meramente coyunturales. Y que en esa reducción de inversiones lo que aumenta es la desprotección, lo cual da miedo cuando se ha aprobado una ley que vendida para mejorar dicha salvaguarda puede permitir usos que van en sentido contrario a lo que sería deseable.
Entiendo que con estas cifras todos los ojos pueden volverse a Las Tablas de Daimiel por esa posición "privilegiada" pero los ojos de aquí conocemos realmente la situación del Parque Nacional, esa que depende de unas políticas de extracción restrictivas, de una mejora de la calidad de las aguas tratadas y de un régimen de lluvias generoso pero también de que el personal del Parque pueda ser suficiente para los distintos trabajos que han de realizarse y cuenten con los medios propios adecuados para hacerlo, aún más cuando ha aumentado la extensión de la zona protegida y se requiere mayor dotación. Y sabemos del complicado equilibrio que viene condicionando la supervivencia de esta maravilla natural que nunca se verá favorecida con recortes como los que reflejan las cifras generales.
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