domingo, 23 de noviembre de 2014

"EN ESPAÑA NO SE ELIGEN PRESIDENTES, LOS ECHAN" (Página nº 2799)

Salió en una conversación, aludiendo a esa "costumbre" tan española de votar no a favor de alguien sino en su contra. Sí, mucha gente vota para que no salga alguien determinado o para echarle de una puñetera vez, condicionando el voto más que por lo que nos pueda ofrecer en un programa por desalojar a quien no queremos aunque pueda ser a costa de nombrar a alguien aún peor.

Cómo no, hablamos de una simplificación que no siendo absolutamente cierta tampoco es absolutamente falsa, porque son muchos los que con su voto esbozan que lo hacen para que no salga un candidato y no dudan en sumarse a aquella alternativa que más posibilidades tenga de lograr ese objetivo.

La reciente historia democrática de este nuestro país parece un catálogo de ello. Suarez pasó de triunfar en unas elecciones a ser linchado con el remate de otras elecciones. No ganó Felipe, perdió Suarez, a través de sus herederos pues ya no era presidente ni candidato, investido de traidor oficial del Reino. El odio a Suarez dio el triunfo a González.

Y como suele ocurrir a Felipe lo convirtieron poco menos en que la referencia moral de occidente, la nueva forma de hacer política e integrarnos en la normalidad europea. Pero los romances suelen tener fecha de caducidad y la gente fue hartándose de él al ritmo de escándalos. Y claro, no ganó Aznar, perdió González por saturación y corrupciones y guerras sucias a su alrededor.

Entonces vino Aznar, con una primera legislatura tan bien llevada que se le premió con una mayoría absoluta donde se soltó el pelo y llegó a sentirse el dueño del cortijo. Aunque no se presentaba muchos electores votaron contra Aznar. No ganó Zapatero, perdió la soberbia y rodillo de Aznar con su heredero y maquinaria.

Después tuvimos a Zapatero, recibido como la gran esperanza blanca, mostrando otras maneras, hasta que decidió suicidarse políticamente haciendo todo lo contrario de lo que representaba y descubriendo que como el rey del cuento iba desnudo. Y la gente corrió a castigarlo, a sacarlo de allí echando leches, por incompetencia, a través de su designado sucesor, porque ZP no quiso sumar su primera derrota electoral y se apeó un ratito antes.

Y llegamos a Rajoy, que tras dos derrotas se encontró una mayoría absoluta que ni esperaba. Y ya las encuestas pintan que la perderá y con ella bastantes posibilidades de seguir gobernando porque la gente ya le ha puesto en el objetivo por sus mentiras y huidas y las próximas elecciones, si no cambia mucho el panorama, serán las de la derrota de Mariano, si es que se presenta o da la espantada como la mayoría, y no las de la victoria de un lider carismático y esperanzador, que no existe. Ganará quien más peso tenga para recoger el voto anti que pretende desalojar a Rajoy porque aquí no se eligen presidentes, se les echan.


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