martes, 24 de junio de 2014

SABER ESTAR O NO SABER (Página nº 2592)

No suele gustar que se diga esto pero, a veces, es tan notorio que uno no puede sustraerse y tiene que decirlo. Hoy, como muchas otras veces, al inicio de un espectáculo, pedían que los teléfonos móviles fueran apagados pero, como tantas otras veces, era fácil encontrar decenas de personas que, por supuesto, pasaban olímpicamente de apagarlo o, en el mejor de los casos, silenciarlo, demostrando que como siempre las normas están para incumplirse. 

Parece claro que los móviles se han quedado en nuestras vidas para siempre, o hasta que un nuevo invento los desplace, pero además en muchos casos se han apropiado también de nuestro ser y muchas personas son incapaces de apagarlos como si en ello les fuera la existencia. Si el móvil tenía el valor de la utilidad ahora parece más que somos utilizados por él, lo que me recuerda aquel texto de Julio Cortazar y el reloj  y que termina así en su "Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj":

"No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj."

Pues eso, no te regalan el móvil sino que a ti te ofrecen para el cumpleaños de ese móvil que ya acaparará toda tu devoción y atención para que él se divierta contigo.

Y a partir de ahí ese no saber estar será consecuencia de tu dependencia, de su capricho.

Y dejo el "Preámbulo" entero por si alguien asesa y despierta:

"Instrucciones para dar cuerda al reloj

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Instrucciones para dar cuerda al reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa. "

*

1 comentario:

  1. Cortázar es escritor de literatura universal en el tiempo y sobre todo en la permanencia y actualidad de su literatura. Su "Historia de cronopios y famas" o su libro "Rayuela" (impagable su capítulo 68), deberían ser materias de obligada lectura para nuestros escolares;pero sobre todo para nuestros maestros.

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