domingo, 29 de septiembre de 2013

VEINTIOCHO LITROS DE GLORIA (Página nº 2133)

Nunca llueve a gusto de todos, reza el dicho popular, y ha de ser cierto, pero admitiendo que para según qué trabajos, circunstancias, momentos, la lluvia sea inoportuna para mí ayer cayeron veintiocho litros gloriosos, aún más porque no fueron un mero episodio local sino que descargaron por toda la provincia, un 5% de lo que debería caer en todo un año considerado excepcional desde ese punto de vista pluviométrico o el 10% de un año pobre de lluvias.

Ahora solo cabe esperar que como episodio no sea aislado y tengamos un otoño- invierno-primavera generoso en nuevas lluvias para el bien de esta tierra manchega, su acuífero y sus humedales, en esas esperanzas que albergamos de ver brotar nuevos afloramientos sobre el lecho seco de parte del Guadiana daimieleño y que, de paso, nos acerque un poco más al camino de la sostenibilidad y el sentido común.



Pero también convendría que fuera un buen año para combatir la "antilluvia", el expolio del agua subterránea, y que no vuelvan a suceder casos como los de estos dos agricultores de Socuéllamos que esperan juicio próximo por extracciones mucho más que abusivas y a quien la fiscalía pide cuatro años de prisión por un delito continuado contra los recursos naturales y que estima que la extracción ilegal de 408.000 metros cúbicos más de los que tenían autorizados entre 2006 y 2009 supone alrededor de 2'5 metros de pérdida en el nivel del acuífero y su repercusión en espacios como Las Tablas de Daimiel. Esperemos que no se vayan de rositas y que la Justicia sea capaz de acotar este tipo de comportamientos ilegales, egoístas, insolidarios y contra los recursos naturales y el medio ambiente con sentencias ejemplares porque la lluvia, esa caprichosa, no debe ser únicamente quien nos saque las castañas del fuego cada vez que atentamos contra la naturaleza.

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5 comentarios:

  1. ¿De dónde has sacado la ventana con la cortina de lluvia?
    ¡Es chulisima !

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  2. Hay algo que no me cuadra, o son metros cúbicos o hay un error

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  3. El infinitivo no debe, nunca, sustituir al imperativo.

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