martes, 2 de julio de 2013

POR UNA UNIVERSIDAD INCLUSIVA O EXCLUSIVA (Página nº 1988)

La Universidad debería estar abierta a la mayoría de ciudadanos que quieran formarse en ella. De hecho ese es su espíritu. Pero no nos engañemos, uno no siempre puede estudiar dónde y lo que desea, bien por la nota mínima exigida, lo que tiene su lógica, bien por la carencia de recursos para lograrlo. Y en ese ámbito existen las becas, claro, cuando éstas se dan en el número y cantidad que consigan evitar esa situación de renuncia por la carencia de dinero para afrontar algo que es costoso, muy costoso, no sólo por la matrícula o las tasas sino porque, en la mayoría de casos, requiere de recursos que exceden los costes académicos directos y que suponen un esfuerzo económico que no está al alcance de muchas familias.

Hoy, en el pleno municipal se debatía una moción para crear un fondo de ayuda a los daimieleños cuya situación económica pudiera impedirles al abandono. No creo que sean demasiados, si como se ha dicho, solo trescientos treinta y tantos casos se han dado en el último curso académico y no todos por esa circunstancia, y convendremos en que los de nuestra ciudad será un número residual en esa cantidad, pero el Equipo de Gobierno se ha declarado "insolvente", alegando falta de recursos económicos y falta de competencia.

Incluso María Dolores ha desplegado todo el argumentario oficial del partido, con algunas cuestiones acertadas y otras más que discutibles, incluida la referencia wertiana a que quizá los alumnos del cinco no han elegido bien la carrera acorde a sus posibilidades o ese peligroso argumento de relacionar el elevado número de jóvenes con estudios universitarios y el alto porcentaje de paro juvenil español, facilón pero injusto, porque relaciona ambas cosas olvidando que son otros los factores que determinan que gente con buena formación no sean valorados como tales por las empresas cuya prioridad, en muchos casos, es una mano de obra ultrabarata.

Pero lo cierto es que los que nos dedicamos a la enseñanza sabemos perfectamente que los estudiantes parten de situaciones diferentes, que hay alumnos de 5 o de 6 que están desplegando toda su capacidad, digna de encomio, y que no por ello pueden ser unos profesionales excelentes porque suman a una capacidad no excepcional el contrapunto de un esfuerzo, dedicación y trabajo superlativos, y eso es algo que jamás entenderán los baremos de becas. Y si no somos capaces de comprender que no todos tienen el mismo punto de partida desde el nivel intelectual pero también económico corremos el riesgo de desperdiciar a gente muy valiosa que no ha gozado de la oportunidad de un status económico suficiente.

La Universidad siempre debiera ser inclusiva. Determinadas medidas parecen conducirnos, a medio y largo plazo, hacia un concepto exclusivo de Universidad que es preocupante, y donde hasta llegar a dar a entender que hay demasiada gente, como si eso fuera un engorro y un problema. Pero lo cierto es que acceder a unos estudios universitaria tiene mucho de carrera de obstáculos, obstáculos académicos que han tenido que superar todos los que finalmente acceden, tantos como para que no les coloquemos obstáculos adicionales no académicos  y que no corresponden a la capacidad y mérito de los estudiantes sino a otras circunstancias como el poder adquisitivo familiar o la política más generosa o más restrictiva de becas, entre otras. O la falta de generosidad de un ayuntamiento que también recibe los impuestos de esas familias que, en casos contados, podrían no poder pagar los estudios de sus hijos y han de conformarse con renunciar a ellos, lo que termina por ser un gran fracaso colectivo cuando así ocurre.

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5 comentarios:

  1. Es que tener una tasa de parados universitarios es más complicado de manejar (tienen pensamiento y criterio propio) que una tasa de desempleados con menos formación.

    Mejor les ponemos 1000€ a los que no tengan la ESO para tenerlos contentos.

    Y los universitarios que se las apañen, o se apunten a la movilidad geográfica tan bohemia.

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    1. No, si ahora culparán a los licenciados universitarios del paro juvenil por haber estudiado una carrera.

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  2. ¿y qué pasó con las preguntas del pleno?

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  3. ¿La concejala de empleo no sabe controlar su tono de voz? Se hace bastante escuchar esa forma de hablar altiva y despectiva hacia todo y todos.

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  4. Estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dices, pero te plantearía una pregunta para tu reflexión: ¿todos los estudiantes universitarios están donde deben estar? No me refiero sólo a la elección acertada o no de la titulación, más bien al nivel de acceso establecido en las universidades que es muy bajo. Actualmente, tenemos egresados de las universidades con numerosas faltas de ortografía en su expresión escrita, con importantes carencias en la expresión oral y con errores gravísimos en operaciones matemáticas básicas

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