sábado, 16 de febrero de 2013

EL ERE CIUDADANO (Página nº 1658)

"Del Rey abajo ninguno" era el título de un drama que escribió Francisco de Rojas Zorrilla allá por el siglo XVII. Si ahora parte de la sociedad, esa que está hasta los mismísimos de la clase política, pudiera hacer su propio ERE seguramente cogería ese título para abarcar a todos los que propondría que se libraran del despido. Ninguno. Y por lo que se oye una buena parte de ellos incluso propondrían empezar por el mismo Rey, tal es el grado de deserción social hacia una casta que no mueve ni un músculo por modificar esa opinión de la gente.

Circula un vídeo del portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco, en el que cita las palabras de Estanislao Figueras, uno de los  varios presidentes que hubo durante la I República española, que tan harto estaba que soltó, en sede parlamentaria, la siguiente frase:

"¡Estoy hasta los cojones de todos nosotros!"

Y añade, parafraseandola:

"Yo creo, y seguro que muchos de los presentes lo van a compartir, una parte creciente de los españoles están hasta los cojones de todos nosotros"


Pero el estamento suicida, esta clase política inmóvil y adocenada que ni siente ni padece, no ha visto el momento de empezar una autocrítica que les decida a someterse al cambio radical que se demanda de ellos en las calles y que quiere tabla rasa, gente preparada, tiempo limitado de abrevar en lo público, democracia interna, representatividad real, lista abiertas, participación ciudadana, eliminación de privilegios, transparencia en la financiación de los partidos, cese de puerta giratoria entre cargos políticos y puestos empresariales, mengua de cargos políticos y reducción a la mínima expresión de cargos de confianza, entre tantas cosas. Y el ERE ciudadano se va adivinando en el horizonte frente a la inacción de los tragaldabas, los corruptos y los que no, aunque cuando dicen eso de que corruptos son unos pocos y hay muchos honrados un amigo mio dice que si ser honesto es denunciar las prácticas deshonestas y corruptas, no mirar a otro lado o distanciarse para que no te salpique entonces son muchísimos más los corruptos y poquísimos los verdaderamente honestos, y bien pensado es difícil quitarle buena parte de razón.

Por cierto, que esto me trae a la memoria un par de sonetillos sobre el nepotismo político que escribí hace poco menos de un año, y que vuelvo a colocar porque forma parte de una de las cosas que más indignan, también, a los ciudadanos de a pie:



Hermana, primo o esposa,

cuñado, sobrina o hijo,
todos encuentran cobijo
como quien no quiere cosa

en esta España casposa
convertida en su cortijo,
¡porque les sale del pijo
y de manera copiosa!

que imponer el enchufismo
resulta ya un atavismo
en la clase gobernante

y colar algún pariente
es práctica muy corriente
en la caterva mangante.

-o-

Para la nena, un carguito,
para la suegra, pensión,
al cuñado... fundación,
para la tita, un sueldito,

para mi yerno, justito
le tengo una subvención,
y un cargo de dirección
a mi chaval, Ricardito.

Mi sobrino de asesor
y al otro de conductor
de mi cochazo oficial,

y a mi consuegro le sobra
con encargarle la obra
de algún pabellón ferial.

¡Que todo en familia queda
y a chupar mientras se pueda,
que la cosa está muy mal!

*

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