jueves, 27 de diciembre de 2012

¿ CUÁNTO NECESITAMOS QUE LLORE DIOS ? (Página nº 1533)

Hoy, mientras regresaba de Manzanares, venía escuchando Onda Cero. A las 13'45 horas emitían un montaje de canciones que hablaban de la lluvia con descripciones que hacían niños de distinta edad sobre cómo se producía esta. En dos de los casos me ha llamado la atención que explicaran el origen de la lluvia, a estas alturas, en un caso como las lágrimas de Jesús cuando se pone triste y en otra la demostración del enfado de Dios que le hace llorar.

No cabe duda de que existe en la sociedad actual un deseo íntimo por aferrarse a explicaciones animistas, sobrenaturales, aquellas que concedían origen a lo que no sabían explicar y deparaba infinidad de dioses sobre los que construir esas mitologías casi barrocas. Pero si hace miles de años no existía conocimiento real sobre algunos procesos naturales y era casi lógico suplantarlos con estas explicaciones imaginativas hoy chocan mucho más, como este sostener que la lluvia sea un lagrimeo divino y se asocie a castigo y enfado.

Como cualquier construcción animista presenta tan enorme lagunas lógicas que parece totalmente disparatado comprender que mucha gente crea esas historietas e incluso las transmita a sus pequeños con la certeza de estar dando una explicación adecuada. Ni tan siquiera creer en Dios de ese modo, castigador, furioso, malévolo, tiene sentido como no lo tiene conceder a la lluvia un valor penalizador, correctivo, justiciero. Y creer que la lluvia es fruto de su enojo nos haría pensar, estirando el argumento, que un mundo bueno, obediente con sus preceptos morales, virtuoso no necesitaría de la lluvia y sería perfecto en su desértica apariencia, lo cual nos llevaría a negar la evidencia de que vida y agua están completamente ligadas.

Vale que en el terreno literario introduzcamos la mítica, las leyendas, incluso la poesía, pero necesitamos la lluvia y sabemos explicarla tan cientificamente que no necesitamos del llanto de ningún dios enfadado ni creer que hemos de comportarnos de forma que despertemos su ira presa de llanto. Y mucho menos seguir alentando este animismo extemporáneo, diría que cateto y que, de alguna manera, mancilla otros conceptos religiosos más elevados para los propios creyentes.

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7 comentarios:

  1. Y por que no les explicamos a los niños desde que tiene 2 o 3 años que los reyes magos no existen, que los niños no los trae la cigüeña, etc..... Son niños y como niños interpretan a su manera.
    Esta claro que necesitamos la lluvia. Y ese enfado Divino,no es tal como tu lo pintas, cuando en otros tiempos sacaban a los Santos para reclamar la lluvia.

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    1. Sí, tambien en otras religiones se hacían sacrificios humanos a dioses creados para interpretar lo que no se conocía.

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    2. Sacrificios humanos en otras religiones? No hace falta que te vayas a otras religiones

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  2. http://www.publico.es/448072/dos-diputados-del-pp-piden-perdon-por-jugar-a-apalabrados-mientras-privatizan-la-sanidad

    Esto sí que es para llorar; mientras poco a`poco nos desmantelan la sanidad, la educación , la justicia, nos raoban y nos hacen pagar por lo que no hemos cobrado... ellos se dedican a jugar a "apalabrados".
    ¡Vaya sarta de sinvergüenzas!

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  3. Soy católico practicante y a mis hijos nunca les contaria la patética historia de la lluvia como la que cuentan los de onda cero. Creo que si se les habla todo desde la sencillez no hace falta meterse en esos berenjenales.

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  4. A lo mejor preferimos contarles a los nenes que llueve porque los angeles están meando.

    Aqui Totem has mezclado las churras y las merinas. No hay mas ciego que el que no quiere ver.

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    1. Viendo tu alternativa no sé quién ha mezclado.

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