TASAS E IPC (Página nº 1414)

Al margen de toda esta polémica sobre si la subida de algunas tasas serían ilegales, como afirmó el grupo municipal socialista en el Pleno hasta el punto de solicitar un informe de legalidad a la Secretaria del Ayuntamiento, o perfectamente legales como las cree el Equipo de Gobierno, pues de otra manera no las hubiera llevado al pleno del pasado lunes, y que ya se dilucidará en los próximos días, hay una cuestión sobre la que quiero centrar esta entrada. Se trata de la conveniencia o no de aplicar esa subida del 3'4% de IPC en alguna de las tasas.

No dudo de que la lógica indica que todo debería subir en función de ese Índice de Precios al Consumo para que se armonizara la subida de ingresos y de gastos. En esa condiciones, con sueldos y pensiones subiendo al mismo ritmo que los precios, difícilmente alguien objetaría porque su poder adquisitivo no tendría que resentirse. Sin embargo esa armonización ya no se da desde hace tiempo y ya no es que los sueldos públicos se hayan congelado reiteradamente, es que los sueldos, en general, los de la mayoría de asalariados, se ha frenado en seco o ha menguado. Y si observamos el aumento atroz del número de parados, de las propias prestaciones que reciben inferiores, como es normal, a lo cobrado cuando estaban en activo, o las personas que ya se han quedado con prestaciones mínimas o sin ingresos, entonces querer plantear la lógica de una subida de precios acorde al IPC se presenta como un abuso, un castigo, que al final termina siendo excluyente para una mayor parte de la población que han visto mermada su capacidad económica.

El Ayuntamiento de Daimiel, como es sabido, ha planteado esa subida en las Ordenanzas Fiscales para 2013 y la ha justificado diciendo que se debe a que los proveedores se lo repercutirán a ellos mismos. Claro, ese 3'4%, o el que resulte al final para el ámbito nacional, se irá repercutiendo a los ciudadanos, pero llevan años hablándonos de que hagamos esfuerzos y la economía de muchas familias exige reciprocidad, mayor sensibilidad de los ayuntamientos, tanto en los precios públicos y tasas como en las bonificaciones para aquellas que peor lo están pasando, y una subida en este momento no puede ser bien acogida, por poco que represente, y tendrá un efecto claro, sacar a muchos usuarios de algunos de estos servicios simplemente porque no les alcanza y perder parte del carácter social que debiera primar. 

No, la verdad, puede que no fuera el momento de fijarse tanto en un IPC que es inalcanzable en los ingresos de muchas familias pero que les dará de lleno en sus gastos.