jueves, 13 de septiembre de 2012

¡ TOOOÓ!, ¿PERO QUE M'ESTAS CONTANDO? (Página nº 1276)

Hace un rato andaba yo poniendo los toldos en la terraza cuando escuchaba a una abuela decirle a su nieto:

¡Toooó...!, ¿pero que m'estas contando?

Y esta expresión, tan nuestra, tan arraigada, me hace pensar que estamos dispuestos sólo a creer determinadas cosas, que somos mucho más permeables a conceder credibilidad a aquello que nos gusta, interesa o conviene, que a lo que puede cuestionar, discutir, contraponer lo que rechazamos.

Por eso una de las reacciones más sencillas de autodefensa es cuestionar de inmediato el documento, si ataca nuestra posición, o avalarlo ciegamente si se pliega a nuestro gusto, incluso obviando la objetividad que pueda contener ese documento.

Lo siguiente es objetar atacando al autor. Si es anónimo, por su anonimato. Si es conocido atacando su aspecto, su oficio, su afiliación o cuanto consideren que es vulnerable. O alabarlo, si conviene, como uno más de los nuestros, destacando su gran valor. Porque de nuevo la objetividad suele dejarse al margen pues parece molestar aún más que quien aporta la opinión, el documento, el dato.

Cuando todo eso falla entonces se buscan precedentes en los contrarios y la forma de exculpar, como sea, a los propios, tirando del muestrario de justificaciones más variopinto que se pueda imaginar.

Claro que hay gente que se acerca de otra manera, que aunque busque el matiz, intente contrastar, quiera completar la información, es capaz de intentar ser objetivo e incluso está abierto a cambiar de opinión si los argumentos llegan a convencerle, pero son los menos. En realidad la gran mayoría pretende que las cosas sean como ellos quieren que sean y no como son en realidad, y de ese modo siempre se sentirán atacados y dispuestos a atacar.

¡Toooó...!, ¿pero que m'estas contando?, tiene ese tono de la incredulidad pero también de la renuncia a comprender. Se podrá decir de otras maneras, con otras expresiones, pero retratan ese deseo de negarse a que la realidad les trastoque sus posiciones.

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2 comentarios:

  1. Tó, ¿pero que mestas contando?

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    1. Luego los de Daimiel se mofan de los villarrubieros porque hablan mal:
      "Cucha cuala encontremos en ca la Paca el vintiuno cuando te dije veste con el álbitro a por las uguas en la toballa manchada con el azaite del paine"

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