jueves, 2 de febrero de 2012

APOTEOSIS DEL PAN Y CIRCO (Página nº 707)

Que la sociedad sigue sedada es algo tan evidente que no merece extenderse en ello. No sólo ha tirado la toalla hace tiempo sino que muestra síntomas de entrega absoluta y parálisis conformista que hace dudar de que quede un resquicio de capacidad crítica y movilizadora.

Y en esto me encuentro con una nueva viñeta de El Roto, publicada ayer en El País, que ahonda en este extremo y resalta el apoteósico culmen del pan y circo actual:



la frustración y el entreguismo se celebran en los estadios. La participación ciudadana se reduce a ellos. ¡Lamentable!

*

4 comentarios:

  1. Yo creo que no somos conformistas, pero estamos asustados y perdidos. Nadie sabe como arrEglar esta situación, que tarde o temprano va a afectarnos a todos.

    ResponderEliminar
  2. Yo entiendo el miedo y la inquietud pero desde hace tiempo veo que los políticos se sacuden la responsabilidad pero siguen aferrados a sus privilegios mientras recortan por todos lados y tratan de convencernos de que es necesario, lo que hay que hacer, la única manera de salir, aunque nadie entienda como cojones se crea empleo recortando sueldos y subiendo impuestos. Nos anestesian con ese mismo miedo, nos tratan de desarmar diciendo que no se puede hacer otra cosa.
    No hemos visto pagar a los responsables, a ninguno, y todos han salido bien parados y mejorando su situación. Y el paro, los derechos recortados, las prestaciones menores, los servicios degradados, son para los de siempre.
    Y ahí siguen ellos con sus cargos públicos, sus teles, sus planes de pensiones, sus coches oficiales, sus dietas, sus grandes sueldos, con todas sus ventajas y casi ningun incoveniente, hablandonos de apretarnos el cinturón, de ser comprensivos, desacrificarse para salir adelante.
    No les creo, no han tocado las administraciones para prescindir de su enorme gasto y se siguen colocando estupendamente aunque carezcan de mérito profesional fuera de la política, siguen con sus enchufes, con su mamoneo, y todos somos un atajo de gilipollas acobardados incapaces de salir a la calle y exigirles que seamos todos moros o cristianos y que empiecen a recortar por sus sueldos, sus cargos y sus privilegios, que nos cuestan un güevo.
    ¿pero cómo vamos a creer que ellos nos van a sacar de la crisis si ellos no sienten en sus carnes esa crisis?

    ResponderEliminar
  3. Tienes toda la razón, y ese momento va a llegar cuando la desesperación nos haga desprendernos de ese miedo y la sociedad dé un paso adelante exigiendo que esta gente no siga con tantos privilegios, cuando la gran mayoría estamos dando más de lo que podemos. Creo que estamos anestesiados, pero la anestesia poco a poco va saliendo y está llegando la hora de exigir que sean los primeros en dar ejemplo.

    ResponderEliminar