SOBRE FRANCISCO CAMPS, SUS CONVERSACIONES Y SUS TRAJES (Página nº 659)

Lo que más me llama la atención es que alguien con tal poder pueda sucumbir a un asunto casi tan nimio como el de los trajes. No sé por qué, y no tengo pruebas, esto de la sastrería debiera ser asunto menor en una forma de comportarse que encierra mucho más que esos regalitos esbozados en las conversaciones telefónicas interceptadas y que el tráfico de favores e intereses tuvo que ser de órdago viendo el baile de millones que se han movido en esa comunidad.

A mí Camps siempre me pareció sospechoso, aún más cuando se conoció su declaración de bienes (Camps, el presidente de la Generalitat, declara en su haber patrimonial una vivienda compartida, por valor de 110.000 euros, por lo que declara 55.000 euros, y 12.105 euros en otros bienes (un vehículo un vehículo Saab 900 del año 1995 por valor aproximado de 1.500 euros, una cuenta corriente de 900 euros y otra compartida de 1.390, así como un plan de pensiones) y pareció poco convincente teniendo en cuenta su sueldo y la posesión de una farmacia en Valencia de su mujer. Demasiada austeridad para un señor con decenas de trajes carísimos salvo que todo lo echara en eso.

Entiendo que la sospecha no vale mucho sin pruebas pero, por las conversaciones, uno intuye que estamos ante gente poco honesta y demasiado tonta si pensaban que tanta regalía era por amor y cariño, y puestos a pensar tampoco veo que Camps dé ese perfil de ingenuo ni estúpido, y por eso tengo más la impresión de que en un momento dado se sintió inmune e impune.

Ya el 11 de julio pasado escribí algo en este blog, sonetillo incluido, donde distaba mi propia sentencia satírica:

http://daimieldiario.blogspot.com/2011/07/sonetillo-trajeado-o-del-presi.html

Y en 2009 recogí en el Diario Improbable alguna de estas conversaciones que publicó El País además de otras cuatro entradas al tema.

Creo que es culpable, que debe ser inhabilitado a perpetuidad como cualquier político al que se demuestre delito y que posiblemente nunca se llegue a raspar más allá de la superficie de esa trama. Queda por ver si el tribunal que le juzga está de acuerdo con mi impresión, pero eso es otro asunto.

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