jueves, 12 de enero de 2012

HIJOPUTISMO DE MADRUGADA (Página nº 636)

Hoy los vándalos han vuelto a hacer de las suyas con esta nueva modalidad de introducirse en un bloque de pisos, sustraer los extintores y vaciarlos en el interior de las zonas comunes o de las vías públicas adyacentes. Después han tirado los extintores sepa dios donde porque alguno no terminaba de ser encontrado.

No suena a adultos, aunque llama la atención que chavales pudieran dedicarse a tal fin un miércoles en una franja horaria entre la una 1 y las 7 de la madrugada sin que nadie parezca prestar atención a esa aparente anormalidad de adolescentes deambulando en una noche inusual para el callejeo.

También tengo dudas sobre que la puerta hubiera quedado abierta en ese portal porque para que no se cierre sólo cabe atrancarla y no hay con qué. Y cierra con tal fogosidad y rapidez que aún creo menos en que alguien aprovechara la salida de otra persona. La puerta tampoco parecía forzada y me parece extraño que alguien abriera ante un timbrazo de gente sin identificar a esas horas y mucho menos que fuera alguien de dentro de la finca.

Lo único evidente es que el hijoputismo, tan plural y frecuente en Daimiel, supongo que como en tantos otros sitios, y que deja amplia huella pero poco testigo, ha mostrado otro más de sus habituales episodios amparados en la impunidad. Nos ha tocado, que estas son loterías con bastantes más "agraciados" que la del "Niño".







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