Ya dije el otro día que, casi a mi pesar, había rehabilitado una cuenta en facebook con la sana intención de poder ver unas fotos antiguas en las que aparecían viejos amigos, algunos desaparecidos, amén de otros conocidos con los que tuve una relación sólo ocasional. Para mí, escéptico en algunos aspectos de estas redes sociales, dar el paso de adentrarme en esa jungla, como dice mi amigo José, sólo ha sido posible por el reclamo, precisamente, de esas fotos, de esas o de otras en general relativas a Daimiel, a los distintos Daimieles que ya han ido viendo mis poco jóvenes ojos en este casi medio siglo de contemplación. Pero dado el paso, descubriendo siquiera someramente ese espacio, debo decir que me siento recompensado, a pesar de que el botín de fotos vistas sea relativamente escasa pero suficiente para retrotraerme a ese juego perfecto de reconstruir la memoria.
Hace menos de un año propuse en el Diario Improbable que el Ayuntamiento crease un banco de imágenes, de fotos, relacionadas con Daimiel a partir de las que quisieran compartir los daimieleños, no entregando las fotos sino permitiendo su digitalización en el acto y la opción de que el Archivo Municipal articulase la forma de almacenar, custodiar y proteger esos pequeños legados de las familias generalmente inconexas y que así podrían, en su conjunto, ofrecer un patrimonio visual común para los daimieleños. Y el coste, realmente, sería tan irrelevante que, con los dispositivos de escaneo tan asequibles y los de almacenamiento tan relativamente baratos por su gran capacidad, sería empresa que no habría que demorar.
Hace casi cinco años hice semejante propuesta también en ese blog ciudadano.
La principal reserva de las familias sería desprenderse de sus fotos porque hay antecedentes de pérdidas o desapariciones dudosas en iniciativas previas. Por eso, si la digitalización se realizara en el acto, ante los donantes, como en la iniciativa madrileña, se perdería el miedo a un uso indebido o una pérdida sensible y pienso que serían muchos los daimieleños que, resueltos esos extremos, accederían a enriquecer ese patrimonio local que constituyen esa memoria fotográfica común.
Yo, mientras tanto, me adentro en facebook anhelando encontrar esas imágenes que me devuelvan un trozo de memoria, y ya digo, estoy disfrutando a cada hallazgo.
Y de paso hago alguna aportación, como la que ilustra esta entrada.
Y de paso hago alguna aportación, como la que ilustra esta entrada.
El enlace a las entradas citadas del Diario Improbable son:
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