jueves, 29 de septiembre de 2011

SONETILLO ELITISTA O DEL DESCAMISADO SUCUMBIENDO A LA EXCLUSIVIDAD Y PILLADO EN LA MENTIRA (Página nº 297)

Lo peor de mentir es no saber hacerlo y a Pepiño Blanco, pese a su práctica, también le pillan en renuncios. Ahora ha ocurrido cuando justificaba que sus hijos estuvieran escolarizados en un elitista colegio privado alegando que él quería para sus vástagos un colegio bilingüe y que en su zona no existían. Pero sucede que siete de los diez colegios públicos de su zona, elitista de por sí, son bilingües ademas de existir otro concertado y un par de institutos públicos también bilingües que, verán ustedes, según cuentan desde la Consejería de Educación de Madrid ni tan siquiera fueron solicitados por Pepiño.

Es lo que pasa cuando se miente para aparentar en vez de decir la verdad, que quiere para sus hijos una educación elitista y exclusiva para altas rentas porque se lo puede pagar. Son cosas de la mala conciencia que proviene de defender una cosa y apuntarse a la contraria. Cada cual puede llevar a sus hijos donde quiera pero asumiendo que lo hace y no como este individuo. Por eso le he dedicado este sonetillo elitista, a pesar de que bilingüe tiene mal rima, para desenmascarar a este hipócrita y cretino:




Sabido es que las mentiras
tienen las patas muy cortas
y con los datos que aportas
mientes tú más que respiras,
------------*------------
que la mentira transpiras
y en ella te reconfortas
hasta el punto que desnortas
y haces pensar que deliras
------------*------------
pues a colegio privado
van tus hijos y engolado
dices que por bilingüismo
------------*------------
cuando en tu zona, zoquete
bilingües hay hasta siete,
¡que lo tuyo es elitismo!

*-*

1 comentario:

  1. La ideología de esta gente es sólo un disfraz. En cuanto pueden barrio elitista, coche de lujo, colegio privado de alto standing y seguro médico también privado. Y luego con la boca chica hablan maravillas de lo público, de los derechos y de toda esa cosa populista para que sus militantes, ignorantes ellos, los jalén.
    ¡ IM-PRE-SEN-TA-BLES !

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