viernes, 9 de septiembre de 2011

POR LOS PELOS O DE PELUCAS Y VÍRGENES AMPUTADAS (Página nº 236)



Hace un par de semanas tuve la oportunidad de disfrutar de una obra titulada "Por los pelos" en el Teatro Arenal de Madrid. Al entrar te entregaban el peine de la imagen y, entre risas, asistías a un crimen en una peluquería que sería cometido por el personaje que mayoritariamente eligiera el público a mano alzada y eso, además de poder participar en el propio interrogatorio a los actores. En aquella función elegimos a la ayudante de Tony, el peluquero, y pudimos asistir a la resolución del caso conociendo los motivos de la asesina.

Me perdonarán la amplia introducción pero es que hace unos días un asunto de pelos pudo acabar aún peor si no intervienen las fuerzas del orden. Ocurrió en Garaballa, Cuenca, donde hubo un enfrentamiento entre los que querían que la Virgen de Tejeda procesinara con peluca y otros atuendos, como venía haciendo estos años atrás, con la alcaldesa al frente, y otro que pretendía que la imagen saliera sin el apósito capilar ni otros añadidos, como defendía otro grupo, parece que más numeroso, encabezado por la propia Iglesia y a nivel local por el cura. Hasta el asunto llegó al Pleno Municipal para exigir como debía procesionar. Y vista la magnitud de la tensión y el cariz que tomaban los enfrentamientos la Guardia Civil tuvo que personarse y sofocar el conflicto. Y después la Virgen, finalmente, según he sabido, salió con pelucón y todo el atavío deseado por la alcaldesa.

Y eso me lleva a lo que quería contar. Hace unos días me enseñaban una imagen de la talla de la Virgen de las Cruces, desnuda de ornatos y vestimentas, sólo la madera original. Y me contaban cómo, al igual que a otras muchas tallas de vírgenes, y por mor de esa moda de enriquecerla con vestidos, mantos, coronas, habían sido seriamente dañada, serrando parte de la zona superior de la cabeza, sin tener en cuenta el propio valor de la figura tallada y sólo con el fin de poder ornamentarla con esa exaltación de platería. Por supuesto que eso se produjo hace muchísimo tiempo pero me lleva a la idea de que perseguimos objetivos absurdos hasta incluso destrozar tallas de valor sólo por un concepto estético que pretendía mostrar una exhibición de lujo y riqueza que nada tiene que ver con lo espiritual, y que trasladado a Garaballa hasta ha dado origen a la refriega. Y hoy, miles de tallas de madera o alabastro de gran valor se encuentran parcialmente seccionadas, amputadas, en su aspecto original, por un afán ostentoso producido hace muchas décadas, en vez de haber respetado esa talla original, casi siempre pobre en los materiales, pero más natural y acorde a lo que representa. Y eso sí es para tirarse realmente de los pelos.

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