viernes, 26 de agosto de 2011

LE TAVOLE DI DAIMIEL (Página nº 192)


La forma de discurrir y actuar de los responsables políticos suele ser, cuando menos, paradójico. Utilizan innumerables recursos económicos en explotar y destruir un ecosistema y, una vez logrado, se plantean gastar otro tanto en recuperar y restaurar lo destruido. Las empresas vinculadas a esos procesos, claro, encantadas, pues tienen trabajo antes y después.

Un ejemplo es el del Mar de Aral, una extensión de 68.000 millones de kilómetros cuadrados de agua reducidos casi a la nada alterando y desviando el flujo de los ríos que alimentaban tan inmenso lago, el cuarto mayor del planeta, y provocando una catástrofe medioambiental. Pues bien, ahora logrado el despropósito leo, sin mucha sorpresa, que se está trabajando en un proyecto multimillonario para regenerar la situación aunque con no demasiadas posibilidades de éxito y que plantean, incluso, el desvío de agua desde el Volga, que es como arreglar un roto con otro descosido. Así es la capacidad humana de destrucción.

En una de las noticias, que he encontrado en italiano, comparan la situación de este mar, salvando distancias, con las Marismas de Mesopotamia, el mar de Salton en California o, cómo no, las Tablas de Daimiel, le Tavole de Daimiel, espacios que han sucumbido a ese afán humano de sobreexplotar los recursos hídricos hasta pervertir el orden natural y terminar desertizando zonas completas del planeta.

Daimiel está en ese proceso tímido de regeneración tras décadas de insanía depredadora en busca de una riqueza generadora de pobreza futura. Comienza a esbozar un proyecto que nacido ambicioso, el PEAG, carece de la financiación adecuada, de verdadero compromiso político y se escuda para eludir las acciones precisas y urgentes en una suerte de ciclo de lluvias extraordinario pero insuficiente. Todo se hará, siempre con unos márgenes de tiempo inasumibles porque van aumentando en la proyección de ver solucionado el problema y porque, desde siempre, se planteó el límite temporal basándose en las condiciones más favorables y optimistas que, como sabemos, casi nunca se cumplen. Y con un coste impresionante, no lo olvidemos, para desandar el camino andado que generó esa situación extrema en los acuíferos y la destrucción de los paisajes de ribera consiguientes, logrando la "grandeza" de hacer desaparecer en nuestra tierra uno de los ríos más importantes del país, el Guadiana.

Ya es lamentable que al comparar la situación del Mar de Aral tengan que encuadrarnos en esa lista de espacios amenazados de desaparición pero es que, no lo olvidemos, la "daimielización" es un concepto acuñado por los científicos que podría explicar perfectamente la labor humana frente a los recursos hídricos y el proceso que ha llevado al mar de Aral, las marismas de Mesopotamia, el lago Salton de California, y acacha a otros como Doñana, a una situación casi irreversible.

Enlaces:
(http://notizie.guidaconsumatore.com/009762_il-mare-di-aral-sta-scomparendo/)
(http://www.mnoticias.com.mx/note.cgi?id=396697)

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