Leo, ¡con asombro!, que el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha afirma que la deuda contraida con ella por la Junta de Castilla-La Mancha es de decenas de millones de euros y que la sintuación es tan seria y difícil como para no saber a ciencia cierta qué va a pasar durante el mes de julio con la Universidad regional.
El asombro, imaginarán, no es porque la Junta deba a la Universidad teniendo en cuenta que desde el año pasado practicamente no ha pagado a casi nadie ni ha abonado las cantidades comprometidas, y por tanto la Universidad regional sólo es otro más en la cola de espera de los que ansían recibir fondos de la Junta. No, mi asombro es porque no me explico cómo ha tenido cerrada su boquita agradecida hasta este momento, como la mayoría callaban la verdadera situación del caos económico en que, por unas circunstancias u otras, más o menos justificables, nos ha sumido el Gobierno de Barreda.
Porque no creo que la deuda haya aparecido ayer ni hace un mes y resulta patético ver al rector Martínez Ataz lamentándose ahora y esbozando ese borde de precipicio inminente como hasta para poner en peligro la continuidad de la Universidad. Ya ven, lo mismo es para saltarse la cola de acreedores y ponerse primero que suelta esta especie de ultimatum mientras hace cuatro días callaba servil con quien le había colocado allí.
Creo que, como todo, esto proviene de la red clientelar de esos gobiernos que se perpetúan en el poder, sea de quienes sean, y que hacen sumisos a tantos como para callar lo que después vociferan con amargura. Una razón más para que el sistema se oree y las cosas cambien, aunque eso no haga variar la deuda acumulada ni la que esté por venir.
Enlace a la noticia:
(http://www.eldigitalcastillalamancha.es/campanazo-del-rector-92572.htm)
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