martes, 5 de julio de 2011

EMUMASA (Página nº 30)

Me desconciertan estos bandazos, estas visiones tan sumamente opuestas en torno a EMUMASA. Lo que era, en origen, una empresa municipal para agilizar proyectos y, de alguna manera, saltarse esos procedimientos burocráticos tan lentos y espesos de contratación y ejecución se ha convertido para los salientes en una empresa con un endeudamiento necesario pero asumible que ha permitido desarrollar polígonos y urbanizar zonas residenciales, entre otras actuaciones, y para los salientes en un auténtico problema con difícil solución que acumula créditos y no da salida a la superficie urbanizada.

¿Quién tiene razón? Pues ambos y ninguno.

Digo esto, desde mi ignorancia del detalle, porque los partidos tienden a exagerar en su favor los datos y mientras unos quieren defender su herencia los otros pretenden distanciarse de la gestión realizada por otros e introducir dudas sobre lo heredado.

Pero desbrozada la intención, ¿qué ocurre con EMUMASA?

Me temo que si en su origen pudo ser hasta necesaria la creación de una empresa municipal, fórmula que proliferó en muchas administraciones locales y regionales, ha existido una mala previsión y una mala gestión que, efectivamente, se ha constituido en un importante problema para el Ayuntamiento de Daimiel por la importante deuda acumulada.

La falta de previsión, posiblemente, por no tener en cuenta la crisis y crear unas expectativas de crecimiento exageradas para Daimiel, con declaraciones que proyectaban hasta 30.000 habitantes para una década más tarde en la presentación del nuevo plan urbanístico.

Una mala gestión guiada, precisamente, por esa equivocada previsión que ha terminado por promover mucha superficie sin que ahora encuentren expectativa de venta a corto y medio plazo.

Y comparto la idea de que ahora, en estos momentos, éste es un importante problema de complicada resolución.


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